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España España · Madrid
Voto de Feisal:
2
Aventuras. Acción Tras ayudar con su espada a que California se convierta en el estado número 31 de la Unión, el Zorro (Antonio Banderas) debe cumplir la promesa que le hizo a su mujer Elena (Catherine Zeta-Jones): abandonar su identidad secreta y llevar una vida normal como Alejandro de la Vega. (FILMAFFINITY)
29 de agosto de 2006
43 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Secuela de la película de 1998 "La máscara del Zorro", una estupenda revisitación del viejo cine de capa y espada. Tras esperar nada menos que 7 años, por fin se pudo hacer la secuela, sin la presencia de Anthony Hopkins. Siendo el Zorro uno de mis personajes favoritos, tengo que decir que la película me decepcionó enormemente. Se nota que todos la han hecho a desgana, a remolque, sin involucrarse demasiado. Banderas, la Zeta Jones y Sewell cumplen, pero lo peor de todo es el estúpido y lamentable guión, con chistes cada dos minutos, situaciones increíbles, cierto tufo a culebrón venezolano entre Banderas y la Zeta Jones, y secuencias de acción repetidas hasta la saciedad. El sumún es la historia, que nos plantea al pueblo californiano deseoso y feliz de poder entrar en la incipiente nación americana, que les va a procurar a los pobres campesinos y aldeanos una libertad sin límites. Que el Zorro se mate por recuperar la caja con los votos del referendum (con clara mayoría del sí) que han robado los malos, es vergonzoso (¿cuándo el personaje del Zorro-Diego o Alejandro de la Vega se ha metido en política alguna vez?). Que la película contenga imágenes de miles de herreros, campesinos, curas, terratenientes, y ricos, unidos todos agitando banderitas americanas, y vitoreando de alegría, es para echar la pota.

Aquí no hay sana aventura, no hay calidez, no hay todo lo bueno de la peli de 1998. Sólo hay una malvada organización secreta francesa, Hermanos de Aragón (siempre he sabido que los zaragozanos son gabachos disfrazados), que pretende fragmentar la unidad de la patria americana gracias a la nitroglicerina. Sólo hay un niño CAR-GAN-TE hasta la depresión, que hace que desees que se caiga por un barranco a cada aparición suya. En definitiva, pobre espectáculo, indignante patrioterismo barato, y lo peor que podía suceder (y ha sucedido) es convertir al legendario Zorro en héroe de las barras y estrellas. Agggggg.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Feisal
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