Lo que en principio parecía una buena oportunidad de ser una crítica mordaz de la telebasura se queda a medio camino ¿Y quién tiene la culpa? Pues un conjunto de cosas, entre ellas y principalmente la televisión que la produce, Telecinco. Esta cadena busca una especie de perdón por su programación a través de un metraje dónde se tratan los temas favoritos de la cadena de Mediaset: prensa del corazón, realites o programas de testimonios, se convierte en un pequeño rasguño.

Le falta mala baba, menos metraje y más profundidad en la crítica.

Los actores hacen lo que puede pero son personajes lineales, dónde se repiten constantemente los tics y tópicos del personaje que interpretan lo cual denota cansancio en la interpretación.

El final trampa está ya muy visto así como el alegato final de una amistad que ni es tan real ni tan irreal como nos la pintan.