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España España · Barcelona
Voto de Maximillian:
8
Acción. Bélico. Aventuras. Fantástico Adaptación del cómic de Frank Miller (autor del cómic 'Sin City') sobre la famosa batalla de las Termópilas (480 a.C.). El objetivo de Jerjes, emperador de Persia, era la conquista de Grecia, lo que desencadenó las Guerras Médicas. Dada la gravedad de la situación, el rey Leónidas de Esparta (Gerard Butler) y 300 espartanos se enfrentaron a un ejército persa que era inmensamente superior. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2007
104 de 148 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta difícil acercarse a una obra tan controvertida, provocadora e inclasificable, que ha generado tantas airadas reacciones y tan enfebrecidas defensas en todo el mundo tras su estreno.

300 no es el remake del peplum "El León de Esparta" ("300 Spartans") dirigido en 1962 por Rudolph Maté, y que parece ser que fue la inspiración de Frank Miller para su novela gráfica "300", en la que se basa el film.

300 tampoco es un peplum de nuevo cuño, de concepción clásica, surgido a la sombra de los éxitos del "Gladiator" de Scott, la "Troya" de Petersen o el "Alexander" de Stone.

Tampoco pretende ser un film histórico, que reconstruya los escenarios y hechos que originaron la Batalla de las Termópilas entre persas y espartanos en el siglo V a.C.

Al no ser esas sus pretensiones, resulta vacuo pretender juzgarlo bajo esas premisas.

¿Qué es entonces 300?

300 es sencillamente una enfebrecida adaptación del comic de Miller citado, que, si bien, respeta absolutamente la plástica y el grafismo cromático del mismo, consigue enriquecerlo, añadiéndole tramas secundarias que enriquecen la historia y sirven de respiro a la salvaje brutalidad de las batallas.

Es también un film innovador por su utilización de todos los recursos de la tecnología digital para evocar un pasado inexistente, un universo imaginario, que asombra por su concepción dinámica y plástica. En este sentido resulta fascinante el diseño de los títulos de crédito finales y su forma de romper con la tradicional bidimensionalidad de los comics.

Es, por último, una moderna revisión de innumerables leyendas épicas en la mitología: El enfrentamiento entre el Bien y el Mal, la Belleza y la Deformidad, lo Apolíneo y lo Dionisíaco, todo ello relatado con un salvajismo y una brutalidad perfectamente coreografiadas, conscientes de su función de espectáculo visual.

Zack Snyder parece asumir el carácter revolucionario y provocador de su film, llevando su peplum a la desmesura y haciendo de ésta, su señal de identidad, como ya hicieran en su momento, Baz Luhrmann, con su "Moulin Rouge" en relación al género musical, o Quentin Tarantino, con "Kill Bill" en relación al, ya de por si, desmesurado subgénero de las artes marciales, y quizá es en esa desmesura, donde radica su capacidad de fascinación.
Maximillian
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