Como diva de la pantalla, Mae West desempeña su propio papel y ejerce de sí misma de forma que la película establece una línea de acción entre los márgenes de la realidad y la ficción del cine.
Eso forma parte de la magia.
Excelente actuación por parte de los protagonistas principales, R, Scott y W. Williams que dan la oportuna réplica, cada cual en un ámbito diferente, a la provocativa, exuberante y seductora actriz principal.
A la fiesta de la interpretación también se unen de buen grado los personajes subsidiarios.
Las tramas se imbrican entre sí con soltura y ello permite dotar de profundidad a un argumento, de por sí sencillo, al que H. Hathaway sabe extraer todo su potencial.