Devorar, eso es lo que ha hecho "The Dark Knight" con el panorama cinematográfico más bien estéril de este 2008.

Devorar, porque Christopher Nolan nos ha regalado con "The Dark Khignt" una de las obras magnas del siglo XXI de cualquier género, porque ha destrozado, y sigue haciéndolo todos los records de taquilla y porque su prestigio crítico ya ha alcanzado el status de intocable.

De ella Christopher Nolan como su hermano Jonathan y de David S. Goyer han desarrollado un elaborado guión cinematográfico, reintrepretado la leyenda del hombre murciélago tomando como referencia los esquemas básicos de la obra de John Ford "El Hombre que mató a Liberty Wallace" pero con ello no quiero decir ni niego con ello, que la película en cuestión sea una especie de western urbano, sino al igual que la anterior entrega cinematográfica, Nolan nos muestra su modo de ver, enfocar y desarrollar con profundidad no sólo al propio personaje de Batman, sino a todos los personajes del mítico comic de Bob Kane dotándoles de personalidad y psicología e incorporando otros ajenos a su obra.

Christopher Nolan ya apuntó una revolución sin precedentes en su "Batman Begins." En este film Nolan apuntaló los cimientos que sustentarían la magnitud de este fenómeno que es "The Dark Knight": Con un enfoque adulto y realista, un extraordinario plantel de actores, y sobretodo, una historia con un fuerte componente moral capaz de despertar las emociones del espectador a pesar de lo extremo de su personaje.

Su valentía y arrojo en renovar el relato fílmico de superhéroes es comparable a la asumida por Alan Moore cuando entre 1986 y 1987, publicó la que se considera la mejor novela gráfica de todos los tiempos:"Watchmen."

La renovación asumida por "The Dark Knight" es, en medios distintos de la misma magnitud.

Nolan nos enfrenta a la desesperanza manifiesta en nuestra vida cotidiana. El mundo en el que pupulan Batman, Harvey Dent/Dos Caras o Joker no es una abstracción que busque el efectismo fácil en pos del espectáculo. No. Es un mundo en el que sus personajes sufren un drama real, en el que la gente muere sin que se pueda evitar y en el que todos los implicados en la trama abandonarán la historia con cicatrices profundas.

Como epicentro de esta dolorosa tormenta de muerte y destrucción se encuentra el Joker, interpretado por un inconmesurable Heath Ledger que nos ofrece una actuación más que sorprendente inédita dentro de la historia el cine, sólo comparable a los más grandes en su mejor momento-un Kirk Douglas en "Espartaco" o un Robert de Niro en "Toro Salvaje", por ejemplo-pudiendo estar, tal vez a su altura.