En cuanto supe que estaban adaptando la saga vampírica de Darren Shan me emocioné como un niño chico. Qué bien, primero True Blood y ahora una de las sagas más divertidas y freakies de los últimos tiempos... Y no es que me haya decepcionado, pero me ha pasado como con la mayoría de adaptaciones literarias (siempre hay excepciones, miren si no "Las amistades peligrosas" por poner el primer ejemplo que viene a mi mente): me ha parecido un poco raquítica y pobre, más teniendo en cuenta que no sólo adapta una de las novelas, aunque tome el título de la segunda novela de la primera trilogía.
Aún así, la recreación del Circo Freak es más que efectiva y muchos de sus protagonistas tienen el carisma de la obra y no sólo el tirón cinematográfico, como el de esa Princesa vidente que hace Salma Hayek, casi tan sexy como hace unos años en "Abierto hasta el amanecer".
Paul Weitz se inicia en el fantástico y no lo hace nada mal. Aunque de su filmografía sólo destacaría de verdad "Un niño grande", una pequeña obra maestra de sentimientos preciosos. Y John C. Reilly parece tener una nueva oportunidad de destacar, después de la racha estupenda que tuvo con "Chicago" y "Las horas" y tras haber hecho algún que otro bodrio en los últimos años.
Pues eso, recomendable para fans del autor, aunque alguno se verá decepcionado, y para todo degustador complaciente del subgénero.
Lo mejor: Efectos visuales de los freaks circenses. Todo el apartado visual y artístico.
Lo peor: Chris Massoglia, bastante soseras. La araña de peluche. Banda sonora regulera y demasiado presente.