Llegué a esta película siguiendo la filmografía de Silvia Navarro y por fin gratamente sorprendida con una película mejicana. Sea para ella un cinco alto.

Debo confesar que la primera parte me dolió, pues en mi época no había peor pesadilla que quedarse embarazada sin estar casada y aqui lo refleja, tomando nuestras protagonistas soluciones diferentes a priori. Y era el miedo el preservativo más accesible en mi juventud en pugna con los sobresaltos hormonales.

El ambiente en que viven este trio de mujeres es bastante dificil, la güera deseada y manoseada por todos pero siempre intentado salvar un huequecito de su autoestima, la mensa y su deseo de salir de la marginalidad que le costará caro, y la obrera de una maquila que al intentar huir de la soledad y monotonía encontrará el dolor. Todas viven en un hogar marginal, unas más que otras, desasistidas en cierto sentido, en un mundo aún predominatemente de hombres.

Un final en cierta forma "justiciero", me gustó sobre todo la escena de la güera con su tio, y la venganza de la obrera.

Eso sí, no se olviden de los modismos mejicanos: "Bato", "te mato cabron", "no mames", "la puritita neta", "me quiero comer sus nalgas" y el verbo chingar en un abanico de expresiones: "A chingar a tu madre, orale", "Hijo de la chingada", "Que chingao le dijiste"....