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España España · Barcelona
Voto de SCuenca:
8
Comedia. Drama Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor. (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2015
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe un pozo muy oscuro en el que se encuentran siempre muchos actores que no han logrado brillar todo lo que merecen, apagándose su estrella de la fama o pasando mas bien a un segundo plano, bien sea por malas decisiones a la hora de escoger según qué proyecto o bien porque no le llegan ofertas como antaño. No son pocos los nombres pero no estaría de más citar a algunos que me vienen a la mente. Actores de gran renombre en los años 90 como Alec Balwin, Kim Basinger, Ray Liotta o Val Kilmer que en la actualidad han perdido ese “status” de superestrellas cotizadas y que ahora es más bien imposible verlos en alguna de las mega producciones que se realizan en la actualidad como protagonistas. Los años pasan y la competencia también es más dura.

No obstante, hay ocasiones en las que un director de renombre decide rescatar de las profundidades a algún actor de los que andan en dicho pozo para otorgarle una segunda oportunidad en la que poder demostrar su valía como actor. Directores como Steven Soderbergh ofrecen oportunidades a actores como Scott Bakula (Quantum Leap, 1989-1993) para que brillen de nuevo en la gran pantalla aunque sea como mero secundario en un film como ¡El Soplón! En cambio, el caso de Alejandro Gonzázlez Iñárritu es distinto, ya que apuesta fuerte por Michael Keaton como actor principal de Birdman. Todo un riesgo si observamos las últimas apariciones del actor, siendo apenas perceptible en Need for Speed (Need for Speed, 2014) y en Robocop (Robocop, 2014), donde tiene otra pequeña aparición sin gran repercusión.

Birdman ofrece muchas virtudes de las que iré haciendo mención, pero quizás la más importante es la de que Michael Keaton lo borda, aprovechando esa experiencia de antaño como superhéroe y ofreciendo algo muy difícil para alguien que lleva bastantes años alejado de los focos del glamur que conocemos: una interpretación memorable.

Tras ser mundialmente conocido por haber interpretado al superhéroe Birdman en el pasado, Riggan (Michael Keaton) trata de dar un giro a su vida con su nueva obra teatral en Broadway, en la cual está muy empeñado con que acabe siendo un éxito, por lo que hará lo posible por lograr convencer a crítica y público.

Todo el elenco de Birdman convence, siendo gratas sorpresas quizás Zach Galifianakis, Andrea Riseborough (Oblivion, 2013) y Amy Ryan (The Wire, 2002-2008). El primero conocido ya de sobras por la trilogía de Resacón cambia de registro absolutamente para enfundarse en la piel Jake, productor de la obra teatral y amigo de confianza de Riggan. Riseborough aparece en escena como Laura, la mujer despechada que no hace más que causar problemas apareciendo en los momentos más inoportunos. Por último, Ryan tiene la importancia de ser esa “estabilidad” que Riggan necesita y que intenta conseguir pero que perdió por su ego y grandes excesos. También es muy grande la interpretación de Edward Norton (Cuestión de Hornor, 2008) que no se queda corto dando vida a Mike, actor de renombre capaz de llenar teatros y que será contratado en la obra como reclamo del público, ya que en lo personal y privado, es un autentico fiasco.

Si hay dos aspectos que a mí personalmente me han encantado por encima del resto, además del ya magnifico resurgimiento de Michael Keaton como grandioso actor que es, el logrado efecto plano-secuencia que se realiza durante todo el film el cual va a la par con la BSO de Antonio Sánchez. Nos encontramos ante escenas largas sin interrupción de 10 o 12 minutos en los que se pone a prueba a los actores. Tomas largas que propician que actúen con más libertad y naturalidad, confeccionando un resultado perfecto. En lo que concierne a la banda sonora, nos encontramos ante una composición constante de temas realizados únicamente con la batería consiguiendo un resultado soberbio, distinto y del que dan ganas de volver a escuchar una vez acabado el film.

Quizás lo que hace que Birdman sea una comedia negra maravillosamente interpretada y con un guión el cual va a la par, es que lo que uno disfruta no es la preparación de la obra, sino los entresijos que no se ven de cara al público, mostrándose lo que hay en los pasillos, camerinos, azoteas o salones de dentro del teatro. En donde se sacan los trapos sucios, se discuten propuestas o se toman decisiones precipitadas. La esencia de lo nuevo Gonzázlez Iñárritu de reside en los diálogos que se forman ahí.

Otro de los aspectos que magnifica a Birdman es esa otra personalidad que únicamente puede ver el propio Riggan. Una voz oscura que únicamente él puede escuchar la cual está en constante confrontación con el protagonista. Además de que el propio protagonista tiene súper poderes los cuales intenta redimir y de los cuales, tampoco nadie tiene conocimiento de ellos. Además, lo curioso es que Alejandro Gonzázlez Iñárritu nos plantea este hecho de tal forma que a uno le hace dudar sobre si realmente tiene poderes o bien son fantasías del propio protagonista.

Birdman está llena de mensajes indirectos hacia la industria del cine actual, siendo crítica con ella y con los que escriben y viven de ello. No se corta un pelo a la hora de plasmar y juzgar a los propios profesionales que escriben sobre cine o teatro, los cuales, a veces tienen una dudosa reputación, además de un grandioso ego, dedicándose a elevar o hundir una obra según su antojo, sin más. Me parece muy correcto y creo que a los que escribimos y nos dedicamos al tema, tampoco va mal que de vez en cuando se nos dé un toque de atención.
SCuenca
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