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España España · Barcelona
Voto de SCuenca:
7
Drama Historia de una ninfómana contada por ella misma. Una fría noche invernal, un viejo solterón (Stellan Skarsgård) encuentra en un callejón a una joven (Charlotte Gainsbourg) herida y casi inconsciente. Después de recogerla y cuidarla, siente curiosidad por saber cómo pudo haber llegado esa mujer a semejante situación; escucha atentamente el relato que ella hace de su vida, una vida llena de conflictos y turbias relaciones. Para su ... [+]
3 de enero de 2014
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras las angustias que sufrí al ver Anticristo (2009) en según que escenas, me volví un poco reacio a la hora de volver a retomar alguna novedad fílmica del danés Lars Von Trier. No obstante una cosa no quita la otra, pues sus historias sí me llaman mucho la atención y aún más su forma de contarlas, lo que lo convierten en un magnifico director a la par que provocador y porqué no decirlo, excéntrico según se mire.

Así pues, decidí embarcarme en Nymphomaniac. Volumen I* ya que había varios factores que me llamaban la atención. El primero, el de ofrecernos un relato erótico digno, cosa que ha logrado, y el segundo, el de comprobar el poco bombo que va a tener en las carteleras españolas, factor que he podido corroborar también.

La historia gira en torno a la vida adolescente de Joe (Charlotte Gainsbourg) a través de cinco capítulos en los que a modo cronológico irá contando su vida sexual a Seligman, el hombre que la encontró moribunda en un callejón. Ésta, a modo de agradecimiento, decide abrirse de esta manera a ese extraño.

En Nymphomaniac. Volumen I me encuentro con personajes muy interesantes que acaban calando hondo como el padre de Joe, interpretado por Christian Slater (Amor a quemarropa, 1993), siendo un personaje carismático por su adoración por la naturaleza, en especial por los fresnos, y su modo de educar a la protagonista. La irreconocible Uma Thurman (Kill Bill: Volumen I y II, 2003) también deja huella en uno de las escenas clave de las que dan qué pensar. Por el contrario, me encuentro personajes que parecen ser interesantes y sólo acabamos viendo pinceladas. Esto ocurre en el caso de los dos protagonistas, Joe y Seligman, de los cuales aún no sabemos mucha cosa (quizás en el Volmen II profundicen más) y lo poco que vamos sabiendo va resultando muy atractivo. No obstante, me gusta mucho como el pobre Seligman intenta siempre quitar hierro al asunto cada vez que Joe le relata algo que ella considera grave, haciendo éste una comparación ya sea con la pesca o con Bach. Después nos encontramos a otros personajes que ni fu ni fa como Shia LaBeouf (Disturbia, 2007) interpretando al chabacano Jerôme o Connie Nielsen (Pactar con el Diablo, 1997) dando vida a la odiada madre de Joe.

No obstante, el protagonismo casi absoluto de estos cinco relatos recae en Stacy Martin, quien ejerce de joven Joe, siendo a la que veremos en acción. Su monótono personaje, que acaba convirtiéndose en el reflejo de una sofisticada ninfómana, llega a calar hondo. Remarco lo de sofisticada porque llega a hacer del sexo su estilo de vida. Si para nosotros es habitual llevar unos zapatos para salir a la calle, para ella es totalmente lógico cepillarse a varios hombres al día. Todo ello de un modo planificado en el que no hay espacio para los sentimientos, ni el amor, ni las consecuencias que pueda conllevar hacerlo tanto con un hombres soltero como con un casado.

Al principio he dicho que nos encontramos ante un film erótico digno. Efectivamente lo es debido a que Nymphomaniac. Volumen I nos hace replantearnos moralmente los actos que realizan tanto los hombres como las mujeres, es decir, nos encontramos ante una ninfómana en todo su esplendor, que se fornica a los hombres como si los escogiera de un catálogo, pero, ¿Por qué lo hace? Porque puede, debido a que los hombres también acceden a entrar en el juego, siendo muchas veces no conscientes de dónde se están metiendo. En cambio, hay otros que aceptan plenamente que tras él vendrá otro a la hora siguiente a decirle palabras bonitas.

No obstante, hay dos aspectos que no me han gustado. Uno en referencia al inicio del film. El hecho de que Seligman por casualidades del azar acabe echando un vistazo al callejón y vea a lo lejos a alguien en el suelo, cuando la visibilidad y el ángulo real, hace que parezca muy difícil que una persona pueda percatarse de si hay alguien en dicho lugar. Creo que esta un poco cogido con calzador. Aún así, lo considero poco importante ya que el meollo de la historia es lo que viene luego y eso está bien. En segundo lugar, el contexto de algunas situaciones que quizás el director haya querido dramatizar, pero que acaban siendo hilarantes e incluso cómicas durante un rato. Por no hablar de las que te descolocan, como la música o algunas imágenes que no hay quien las entienda.

Por último mencionar algo sobre la provocativa promoción que se le ha dado a la cinta, siendo a mi gusto excesiva en referencia a la selecta gama de carteles que se hicieron sobre los diversos personajes en una pose de pleno orgasmo. Me imaginaba un film más fuerte en cuanto a contenido erótico, pero no sé, quizás no ha sido el bombazo escandaloso que tanto prometían. Eso sí, la cinta de Lars Von Trier rebosa descaro, sexo explícito (creo que aquí las chic@s se llevarán un chasco con Shia LaBeouf) y grandes reflexiones a borbotones, pero nada del otro mundo. De momento.

*: Para su estreno comercial se dividirá en dos partes. Hay una versión completa de cinco horas y media que sólo se verá en ciertos actos culturales.
SCuenca
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