Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de SCuenca:
9
Drama Narra la relación entre el célebre astrofísico Stephen Hawking y su primera mujer, Jane, desde que ambos se conocieron siendo estudiantes en la Universidad de Cambridge a principios de los 60 y a lo largo de 25 años, especialmente en su lucha juntos contra la enfermedad degenerativa que postró al famoso científico en una silla de ruedas. (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2015
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por alguna extraña razón, todo lo que he visto antes y después de la visualización de La Teoría del Todo me ha acabado gustando, por ende, dejándome muy satisfecho y con la sensación de haber contemplado de principio a fin una obra casi maestra. La cinta de James Marsh rebosa belleza, emotividad y buena ejecución por doquier.

Empezando por un tráiler bien realizado y encabezado por el tema musical Runaway Horses de Philip Glass del film Mishima: Una vida en cuatro capítulos (1985), el cual junto a un logrado montaje de escenas en el que no desvelan nada, hace que nos encontremos ante una más que convincente promoción previa al film para poder verla, o al menos, sentirse atraído. No suelo perder mucho el tiempo en lo que respecta a los tráilers porque en su mayoría, o bien son engañosos, o muestran más de lo que deberían. Hacía años (quizás desde aquella joya que fue El Curioso Caso de Benjamin Button en 2008) que no veía un tráiler de tan alta calidad.

Sin perder mucho más detalle en el aspecto promocional con el que consiguieron “engatusarme” y pasando al film en cuestión, The Theory of Everything no pretende ser la típica historia dramática sensiblera en la que se nos van narrando de forma evolutiva los hechos que conllevaron Stephen Hawkings a estar postrado en una silla de ruedas debido a la desgraciada enfermedad degenerativa neuromuscular llamada ELA, sino que va más allá. Nos muestra la gran inteligencia que tenía este hombre, además de sus andanzas por la Universidad hasta convertirse en el hombre que todos conocemos hoy. Pero me parece de especial importancia el papel preponderante que tiene Jane Hawking en esta historia, pues el guión está basado en sus memorias cuyo título es Traveling To Infinity: My Life With Stephen.

Mi sorpresa es grandilocuente en lo que concierne a la interpretación de Eddie Redmayne. Sabía de su existencia por Los Pilares de la Tierra y Los Miserables, pero nunca le había prestado gran atención hasta ahora. Su interpretación es merece todos los adjetivos positivos que existen y por haber porque ha conseguido algo único que nunca me ha pasado: creerme de verdad que en la película estaba el verdadero Stephen Hawking desde el minuto uno hasta el final. Creédme, lo clava en todo, tanto físicamente como interpretativamente. Y a las pruebas me remito cuando el propio Hawking llegó a emocionarse (tras ver el film previamente), llegando a dar el visto bueno a la encarnación que realiza Redmayne. Aunque parezca que es poca, una aprobación así dice mucho. El otro peso de la balanza recae en Felicity Jones, dando vida a Jane Hawking, siendo vital la visión suya, pues será quien padecerá junto al astrofísico, el doloroso proceso degenerativo que padece éste. Cargará con el peso de la familia y la absorción que conlleva cuidar de su marido, siendo hasta tal punto que acabará desbordada y sin tiempo para ella misma. La interpretación de Jones es muy buena también ya que su personaje nos ofrece el punto de vista de la dureza y el sacrificio que tuvo que pasar esta mujer, además de la fidelidad, tema que está siempre constante en la trama. Por último hacer mención a Harry Lloyd, cara conocida por haber aparecido en la serie británica Dr.Who y que en esta ocasión da vida a Brian, el mejor amigo de Hopkins. Me pareció curioso (y todo un detalle que hizo que me quitase el sombrero) que en el film de James Marsh tuviese cabida un pequeño guiño a la serie en una escena determinada.

Por último y no menos importante, la BSO, la cual magnifica la obra de Marsh. Compuesta por Jóhann Jóhannsson (Prisioneros, 2013 y Foxcatcher, 2014) logra componer unos temas intensos, llenos de melodramatísmo, tristeza y energía que a mi parecer me han recordado de modo lejano a alguna composición del francés Alexandre Desplat. Vale la pena escuchar los temas “Cambridge, 1963”, “Domestic Pressures”, “Chalkboard” (este sobre todo por su utilización soberbia del violín y el teclado. Es una pieza magnifica) y “Arrival of the Birds”. Hacer mención de que el último tema, no está compuesto por Jóhannsson, siendo el encargado de realizarle un arreglo
SCuenca
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow