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Voto de Mariano Bayona Estradera:
9
24 de septiembre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
William (Busby) Berkeley fue un famoso director y coreógrafo americano capaz de montar en sus películas musicales unas coreografías nunca vistas hasta el momento que se caracterizaban por contener un número grande de actores con los que formaba figuras geométricas a modo de caleidoscopio muchas veces.
En la película “Los Hijos de la farándula” (Baby’s In Arms” 1939) nos encontramos con Mickey Rooney y su pareja Judy Garland formando un equipo que será dirigido por Berkeley en varias ocasiones. Todas ellas tienen en común el entusiasmo desbordado de Mickey Rooney y la química con su compañera Judy Garland, para llevar a cabo planes para crear empresas en el mundo del espectáculo, pero ésta es la mejor de todas las películas en las que participan en cuando a la gran calidad de los números musicales que interpretan desde el principio hasta el apoteósico final.
En el comienzo se ve como el mundo del vodevil, al que pertenecen toda su familia, está siendo anulado por el gran cambio que supuso la llegada del cine sonoro y todos los hijos de los compañeros, amigos y familia que componen los que fueron grandes actores de la farándula en el pasado, deciden unirse y llevar a los teatros números musicales poderosos y atractivos.
La voz de barítono de Douglas McPhail potencia en gran medida la belleza de los coros de voces de los números musicales, el último de los cuales titulado “God’s Country” (“El país de Dios” = Norteamérica) es de gran atractivo y entusiasmo dejando aparte la ideología americana a ultranza. Todas estas películas terminan con un número musical en el que Mickey Rooney y Judy Garland van a la cabeza de todo el equipo hacia la cámara, se miran mutuamente, vuelven a mirar a la cámara y se termina la película.
Aparte de la música, en todas destaca el tremendo entusiasmo que pone Mickey Rooney en sus interpretaciones y el equilibrio que supone la cara, voz y bailes de su compañera Judy Garland.
En la película “Los Hijos de la farándula” (Baby’s In Arms” 1939) nos encontramos con Mickey Rooney y su pareja Judy Garland formando un equipo que será dirigido por Berkeley en varias ocasiones. Todas ellas tienen en común el entusiasmo desbordado de Mickey Rooney y la química con su compañera Judy Garland, para llevar a cabo planes para crear empresas en el mundo del espectáculo, pero ésta es la mejor de todas las películas en las que participan en cuando a la gran calidad de los números musicales que interpretan desde el principio hasta el apoteósico final.
En el comienzo se ve como el mundo del vodevil, al que pertenecen toda su familia, está siendo anulado por el gran cambio que supuso la llegada del cine sonoro y todos los hijos de los compañeros, amigos y familia que componen los que fueron grandes actores de la farándula en el pasado, deciden unirse y llevar a los teatros números musicales poderosos y atractivos.
La voz de barítono de Douglas McPhail potencia en gran medida la belleza de los coros de voces de los números musicales, el último de los cuales titulado “God’s Country” (“El país de Dios” = Norteamérica) es de gran atractivo y entusiasmo dejando aparte la ideología americana a ultranza. Todas estas películas terminan con un número musical en el que Mickey Rooney y Judy Garland van a la cabeza de todo el equipo hacia la cámara, se miran mutuamente, vuelven a mirar a la cámara y se termina la película.
Aparte de la música, en todas destaca el tremendo entusiasmo que pone Mickey Rooney en sus interpretaciones y el equilibrio que supone la cara, voz y bailes de su compañera Judy Garland.