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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
7
Drama Semblanza de la vida de Estela de Carlotto, la presidenta de las "Abuelas de la Plaza de Mayo". Estela era una señora de clase media que repartía su tiempo entre su familia y su trabajo como directora de escuela, y vivía completamente ajena a cualquier militancia política. Sin embargo, tras el secuestro y asesinato de su hija Laura entre 1977 y 1978 y la pérdida de su nieto Guido, retenido por los secuestradores, su vida cambió por completo. (FILMAFFINITY) [+]
22 de noviembre de 2011
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que un joven realizador elija para su ópera prima un tema anclado en el contexto de la última dictadura militar en Argentina; adopte el poco frecuente formato biográfico (biopic) y además situado sobre el eje de un personaje no fallecido, crea una serie de prejuicios respecto de la forma de abordaje. Porque acecha siempre el riesgo de caer en defectos frecuentes del cine nacional reciente, como el acartonamiento y la manipulación. Algo que afortunadamente no ocurre en la asombrosa película de Nicolas Gil Lavedra, quien con sutileza poco frecuente y madurez supera el riesgo de trabajar con una historia dolorosa y delicada.
“Verdades verdaderas...” reconstruye la vida de Estela de Carlotto, desde que era una simple ama de casa, madre y docente en la ciudad de La Plata hasta convertirse en presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Lo hace apelando a una narración clásica, que no enfatiza el costado épico del relato, sino que busca contar una trayectoria paradigmática a partir de los momentos íntimos de una familia de clase media; en particular, de quien en los años setenta era una mujer para nada comprometida con el explosivo clima político de la época, hasta que sufre el secuestro de su hija Laura, de quien se entera que estaba embarazada y dio a luz en cautiverio.
El mérito de la película es alcanzar un tono propio desde lo técnico y artistico, distinguiéndose así del abundante corpus de películas sobre temas semejantes. Para esto cuenta con una sólida narración que va y viene en el tiempo (de los setenta al 2009), con un excelente trabajo de ambientación y maquillaje, para la reconstrucción de época. La dirección cuida en lo posible que lo que ya se mostró sobre el tema, el espectador no lo tenga que volver a ver, resignificando las cosas sin repetir, buscando originalidad en la manera de contar, lo que hace de modo clásico, con necesarios quiebres de la linealidad por los saltos temporales que le dan ritmo a la crónica de una tragedia familiar y de cientos de familias argentinas de esa época.
El tono de la película es emotivo y dramático, sustentado en un guión equilibrado para seguir tanto los largos momentos de calvario y lucha, como los fugaces momentos de felicidad hogareña y las pequeñas alegrías que fortalecen el alma para seguir adelante.

Un dignísimo homenaje desde el buen cine y que (a su vez) permite a Susú Pecoraro demostrar que es una de las mejores actrices de su generación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
rouse cairos
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