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Voto de Demetrio Rudin:
8
Intriga A casa de dos estudiantes van llegando los invitados a una especie de fiesta de fin de curso. El invitado que más temen es su tutor y profesor, un astuto criminólogo que sostiene que el crimen perfecto no existe, aunque ellos se han propuesto demostrar lo contrario. En efecto, con su llegada crece cada vez más la tensión y el nerviosismo de los jóvenes. Y no es para menos, porque tienen un cadáver encerrado en el arcón que sirve de mesa para la cena. (FILMAFFINITY) [+]
11 de junio de 2006
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A casa de dos estudiantes van llegando personajes a los que han invitado a una especie de fiesta fin de curso. Al invitado que más temen es su tutor y profesor de criminología, una astuto criminólogo que defiende la no existencia del crimen perfecto. Ellos, precisamente, están preocupados porque tienen un cadáver en el arcón que sirve como mesa para la cena. Se trata de un amigo mutuo y prometido de una antigua novia de uno de ellos. Con el asesinato intentan demostrar al profesor que sí existe el crimen perfecto.

La soga es quizás la obra más peculiar dentro de la amplia filmografía hitchcockiana, siendo una verdadera rareza cinematográfica desde el punto de vista técnico. La historia como si de una obra de teatro se tratase, se asienta sobre unas sólidas unidades teatrales (tiempo: una tarde noche, lugar: el apartamento de la pareja de asesinos y acción: el post-asesinato de un joven a manos de la pareja protagonista). Así a través de una sencilla trama, el film consigue sumergir de lleno al espectador en la investigación criminal llevada a cabo por el ex profesor Rupert. En este aspecto, la obra no destaca por presentar una intriga sin resolver, es decir, el público desde un principio es consciente de que la pareja homicida va a ser descubierta de una forma u otra, a pesar de que el cadáver no es puesto en pantalla en casi ningún momento, es sin embargo la meticulosidad del plan criminal y su posterior desenmascaramiento, las pistas, los rastros, lo que ciertamente refuerza el ya de por si sobrio argumento.

Pero es en el aspecto técnico en donde se haya la grandeza de esta película. La soga es el único largometraje rodado sin interrupciones entre sus planos, sin cortes, mientras que en una cinta normal existen unos seiscientos planos, el contenido integro de la soga se puede contener en un solo cargador de cámara, algo insólito dentro de la historia del cine. Por otro lado, cabe la pena decir que este es el primer título del director ingles rodado a todo color, y una de las primeras ocasiones en las que el propio cineasta participaba además de cómo director, como productor. El reparto se muestra eficiente, en especial John Dall y Farley Granger, con una buena interpretación en líneas generales. James Stewart, actuando como “actor reclamo” del film, también lleva a cabo una buena caracterización, en esta su primera participación con Hitchcock. La banda sonora de la mano de Leo F. Forbstein cumple a la perfección su papel de mero acompañamiento en marcados momentos del relato.

En conclusión, La soga es una peculiar cinta, técnicamente hablando, que además de deleitar por su cuidada puesta en escena, entretendrá a todo aquel que solo busque disfrutar de una notable obra de suspense.
Demetrio Rudin
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