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Voto de Demetrio Rudin:
8
Ciencia ficción. Drama Una nave extraterrestre llega a la tierra con la misión de entregar a los hombres un importante mensaje. El mundo entero queda conmocionado el día en que, sin previo aviso, un platillo aterriza en Washington y de él sale Klaatu, un alienígena de aspecto humano acompañado de Gort, un amenazante robot. La petición que Klaatu hace a todos los gobernantes del mundo es rechazada. Así las cosas, Klaatu decide observar cómo viven los humanos ... [+]
25 de junio de 2006
47 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una nave espacial aterriza en Washington DC y de ella sale un extraterrestre flanqueado por un amenazador robot con una capacidad destructora increíble. Tras ver rechazados sus esfuerzos por reunirse con los líderes mundiales para prevenirles del fin inminente de la Tierra, el extraterrestre Klaatu se lanza a la calle.

Ultimátum a la tierra es una de las primeras películas de ciencia-ficción de todos los tiempos. Rodada a comienzos de los años cincuenta por Robert Wise, un inexperto dentro del género, la obra se presenta como un férreo alegato antimilitarista acorde con las tensiones internacionales vividas tras la segunda guerra mundial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde el primer momento, el film adquiere un tono semidocumental; los primeros veinte minutos de la cinta así lo ratifican, limitándose a narrar la acción fríamente, sin introducir a ningún personaje todavía. En este aspecto, la historia no nos deja un protagonista claro, quizás el emisario intergaláctico Klaatu se erija como el personaje principal de la trama; una trama naturalista, desarrollada en exteriores principalmente y con una gran fuerza dramática a la hora de relatar los conflictos internos de los personajes. Destacan sobre todo los minutos finales, muy bien ajustados al estilo de la obra en general; dejando esa pizca de esperanza para un futuro mejor.

Técnicamente, Wise aprovecha algunos materiales de archivo, como las grabaciones iniciales de la capital norteamericana, junto con un estupendo juego de luces y sombras para crear una atmósfera de realismo, clave a la hora de afrontar el planteamiento de la cinta. El reparto se muestra acertado, sobre todo Michael Rennie, que lleva a cabo una magistral interpretación en el papel de visitante extraterrestre. La banda sonora combina algunas partituras realmente fantásticas de Bernard Herrmann, que emplea el theremin, instrumento poco conocido, como un elemento tonal para lograr una mezcla de estilos, referente de la película.

En conclusión, este título representa una de las primeras incursiones de un gran estudio en el género de la ciencia-ficción; apartándose además de otras muchas producciones, al esbozar a nuestros vecinos galácticos de una forma sociable y natural.
Demetrio Rudin
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