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España España · Barcelona
Voto de zoquete:
8
Drama En una pequeña ciudad del Norte de Italia, vive apaciblemente una familia formada por los padres (Giovanni y Paola) y dos hijos adolescentes: Irene, la mayor, y Andrea, el pequeño. Giovanni es psicoanalista. En su consulta, situada al lado de su apartamento, sus pacientes le confían sus neurosis, que contrastan con la calma de su propia existencia. Su vida se rige por una serie de costumbres o aficiones: leer, escuchar música, aislarse ... [+]
19 de julio de 2005
99 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es ficción. No es crítica. No es parodia. Es, ni más ni menos, un trozo de desgracia que te podría haber pasado a ti, que puede pasar a ti, que probablemente te pase a ti, aunque lleve otro nombre y apellidos, aunque no se trate de tu hijo o hermano, aunque el accidente no lo sea en Ancône, ni siquiera en Italia.

Una familia que se muestra bien avenida, donde el día a día no pesa más que una malentendida broma que se confunde con robo, donde la ocupación del padre como psicoanalista sirve para dibujar los tics más incómodos de la sociedad moderna: suicidas, perfeccionistas, obsesos, maníacos... eso sí, desde la distancia de un diván. Una familia llena de complicidades y sonrisas que incluso por momentos puede llegar a resultar excesivamente unida, casi empalagosa.

Pero tampoco hay demasiado tiempo para indigestarnos. Un accidente y el chico fallece. Dolor. Mazazo. Estupefacción. Lágrimas y una banda sonora que súbitamente calla extendiendo su silencio durante minutos. Más llanto. Y el padre que primero se colapsa, después se culpabiliza, cede al cinismo e incluso descuida a los suyos. Múltiples reacciones diferentes ante una única certeza: el dolor que no descansa, el sufrimiento sin tregua y una sensación de desahucio ante una habitación vacía.

La historia es conducida suavemente, con algunos momentos de crispación, de atormentada tensión, pero en absoluto efectista, con una sutilidad que impactará tanto más a quienes hayan padecido experiencias parecidas.

Película de una estrella para quien busca sangre e hígados, de tres para quien desea tiros y acción, de cinco si tenemos interés en evadirnos, de ocho si tenemos el día para reflexionar. Película de diez estrellas, definitivamente, como terapia para convencernos de que el dolor es implícito a la existencia, que nadie tiene el monopolio del sufrimiento, que no hay antídotos contra la desgracia y, sobretodo, como indica el propio protagonista a sus pacientes, que deberíamos aprender a ´holgazanear´ más, aceptar el inesperado devenir y renunciar al control para cada secuencia de nuestra existencia.

El padre, epicentro y omnipresentes ojos que buscan expresar lo inexpresable, se encuentra interpretado por Nanni Moretti, el también director de la cinta y bastante criticado por su excesivo protagonismo en la cinta. Aún así, el papel de Laura Morante, como madre y esposa, no pasa desapercibido, especialmente desde el momento en que las ojeras hacen su aparición, en el que se hace latente su frialdad con el marido e hija, esa tensión contenida de quien pierde parte de sus entrañas.

No es ficción. No es una película para pasar el rato... no para dejarnos caer por azar.
zoquete
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