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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
10
Western. Drama Después de pasar 18 años encarcelado por la muerte de Raúl Trueba, Juan Sagayo regresa a su pueblo buscando pasar tranquilo el resto de sus días al lado de Mariana Sampedro, su antiguo amor. Sin embargo, los hijos de Trueba quieren vengar la muerte de su padre. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2019
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento dado, el protagonista de la película, hombre bien plantado que por ser así y matar «hombristamente» se ha pasado dieciocho años en prisión, y de la que ha salido con grandes posibilidades para ser matado, dice esto: «Creo muy poco en lo que veo y de lo que me cuentan nada». Y en otro momento del filme, un gran amigo del mencionado, que yace en una cama quebrado de cintura para abajo confiesa: «A veces no puedo dormir durante semanas y semanas porque no me deja el ruido que llevo por dentro». Ambas reflexiones resumen la tesis de este filme tan crudo y magnífico.

Sin duda, esta película en blanco y negro, es una genial obra cinematográfica, un excelente memorial o lección a mostrar a las nuevas generaciones de jóvenes varones «feministos» y desmasculinizados que en Europa y las Américas abundan hoy en día, educados y programados por una inmensa ola de Marxismo Cultural que con la caída del Muro de Berlín y la supuesta derrota del comunismo está más resucitado, poderoso y embaucador de mentes que nunca antes en la historia: para que sepan lo que es ser hombres «hombristas o machos» (que no machistas) con su idiosincrasia de honor, dignidad, responsabilidad y hombría a la hora de afrontar a los enemigos, a las adversidades y a la muerte.

En resumen, todo un potente filme de Memoria Histórica sobre la Masculinidad y lo Varonil; especie de anamnesis de la que no cabe avergonzarse por más que siniestras, mentirosas y subvencionadas Ideologías como la de Género inunden hoy por hoy el mundo occidental con su degenerada hipergamia, por más que tal desnaturalización enfermiza triunfe de la mano de la cobardía (lo políticamente correcto), por más que las «hembristas y los feministos» acribillen al hombre, varón, «hombrista» y masculino por la espalda (ya que de frente ¡no hay ni ovarios ni cojones!).

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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