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España España · Barcelona
Voto de rober:
6
Drama. Romance Hugo, escritor novel, presenta su primera novela en una rueda de prensa. Allí conoce a una periodista en prácticas que se siente atraída por la historia de su libro. A raíz de este interés, ambos acaban manteniendo una conversación con una complicidad tan inesperada, que podría provocar un cambio en sus vidas. (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No ha de ser nada fácil sacar adelante una idea como la de “Medianoche”: un corto de apenas 20 minutos sobre un encuentro casual chico-conoce-a-chica (y viceversa), con una conversación llena de divagaciones sobre el amor y el azar, e intentando que todo resulte verosímil y que la química fluya entre los personajes. Una empresa muy ambiciosa y arriesgada. El hecho de asumir semejante reto ya dice mucho en favor de un joven director como Toni Morejón.

El resultado es desigual, pero interesante. Hay frases del guión que me chirrían a pesar del competente trabajo de los actores. Por ejemplo, a mí no me suena creíble que un escritor desvele públicamente una idea aún no desarrollada, a la que está dando vueltas para una futura novela. Y, sobre todo, la película adolece de un exceso de diálogo, incluyendo de manera a veces apresurada frases inusualmente profundas para dos jóvenes que acaban de conocerse. El conjunto apabulla. Los escasísimos silencios se agradecen en un relato que, por su temática y contexto, debería haber sido menos explícito.

Y es que, en mi opinión, cuanto más entra Morejón en el terreno de la insinuación, más brillante es su propuesta. Es ahí donde radican las virtudes de “Medianoche”. El intercalado de imágenes a lo largo del metraje es un imaginativo recurso que sirve a la vez para romper la linealidad de la trama, hacer un ejercicio de abstracción para convertir a los personajes en conceptos, y enfatizar el mensaje de banalidad y debilidad del ser humano. Un cúmulo de ideas mediante una simple confrontación de planos.

Y lo mejor, de todos modos, está al final. La última escena sirve para cerrar la historia de manera redonda, y plasmar (o insinuar, o evitar…) un desenlace que podía parecer obvio. Todo un detalle de sutileza y elegancia.

Hay que desearle a Morejón suerte para el futuro. Y seguir con atención sus próximos proyectos…
rober
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