Entrañable comedia del dúo García Sánchez-Azcona. Se nota la mano de Rafael Azcona en lo ligado de la trama, a pesar del intrincado planteamiento coral, y en las ganas de no dejar títere con cabeza. La película tiene ya 23 años, pero no ha pasado de moda en cuanto a lo ridículo que puede ya resultar tanto la nostalgia del franquismo como la falsa progresía del socialismo mal entendido. En el fondo, todos nos dejamos llevar por el oropel de la farándula del cine, o por cuatro duros conseguidos con un timo del tres al cuarto. O por el destino, al que siempre echamos la culpa de todo... Las dos Españas están formadas por los mismos infelices. Buenas interpretaciones, todos los actores saben dar a sus personajes el punto justo de caricatura que requiere la historia. Situaciones de enredo bien llevadas.

En fin, una comedia que no pasará a la historia, pero agradable y divertida, y que deja el poso justo de amargura, quizá porque en el fondo nos resulta muy cercana. Bravo, Azcona.

¿Y qué piensa de esto Fernán-Gómez?