No es una obra maestra, pero sí es una de las obras más destacables que he visto en el Festival de Sitges de este año. El planteamiento argumental es sugerente, aunque posiblemente lo sea más por la forma de presentarlo que por la historia en sí. La idea de una empresa de investigadores que entran en los recuerdos de otras con el fin de solucionar problemas personales o resolver delitos es, más que original, alambicada. Sin embargo, si eso se complementa con un protagonista que intenta superar la reciente muerte de su esposa (con una impactante escena inicial), y una adolescente con problemas de relación con los demás, el interés del espectador no decae. O sea, una extraña mezcla de "Origen" y "El sexto sentido", que funciona gracias a una cuidada factura visual, a su buen ritmo y a la buena actuación de los actores protagonistas. Llama la atención la química entre Mark Strong y Taissa Farmiga, lo cual sirve para explotar el filón de la ambigüedad de los personajes y para hacer más atractivos los giros de la trama. Como punto negativo, creo que el argumento deriva por derroteros más bien previsibles.
En cualquier caso, un destacado entretenimiento que hace que en el futuro haya que estar pendiente de posteriores obras del director.