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España España · Barcelona
Voto de reporter:
5
Western. Drama La joven Jane está casada con uno de los tipos más peligrosos del oeste. Un día, su marido regresa a casa con ocho heridas de bala. La banda del cruel Bishop lo ha acribillado. Sobrevive, pero sabe que es cuestión de tiempo que Bishop y sus chicos vengan a rematar la faena. Jane decide no esperar a que vengan e ir directamente a por ellos. Con la ayuda de un enemigo acérrimo de su marido, un hombre enamorado de ella, Jane irá a ... [+]
9 de mayo de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la película que ahora mismo nos concierne ('La venganza de Jane' en España; 'Jane Got a Gun' en el mundo civilizado), empezamos a tener noticia a mediados del año 2012. Recordemos, porque nunca se sabe, que estamos en 2016, es decir, entre la presentación oficial del proyecto y el desembarco del producto acabado a nuestras salas, ha pasado ni más ni menos que una Olimpiada. A los de Rio, hasta les habrá dado tiempo a acabar de construir todas las instalaciones deportivas prometidas. Nosotros, mientras, mirábamos cómo avanzaba el calendario, y nos preguntábamos, de paso, si ese famoso western de Natalie Portman no era más que un bulo. La secuencia de noticias que nos iban llegando no era para menor escepticismo. Lancémonos pues a un breve repaso a través de los titulares que marcaron dicho proceso de gestación. El comienzo lo marca, cómo no, la confirmación del máximo responsable en las labores de dirección. Éste es en realidad ''ésta'', y responde al nombre de Lynne Ramsay, quien viene de causar sensación en el festival de Cannes con su último trabajo, 'Tenemos que hablar de Kevin'.

A partir de ahí, toca hablar de volatilidad, porque pocos meses después del anuncio, estalla la primera bomba: En el primer día de rodaje, con el equipo técnico y artístico al completo listo para entrar en acción, descubrimos que a la Ramsay le ha dado por no presentarse. Conmoción tanto dentro como fuera del rodaje. El productor Scott Steindorff asegura una y otra vez que de ahí no se mueve nadie, porque el remplazo está al llegar. La directora original, mientras, sigue sin dar señales de vida. ''No coge el teléfono'', literalmente, o esto nos dicen. Al cabo de pocos días, los peces gordos (si es que puede hablarse de tal concepto en el cine independiente... no olvidemos la -poca- envergadura del proyecto en cuestión) cumplen con su promesa y encuentran sustituto: Gavin O'Connor. El problema es que, mientras esperábamos, siguieron habiendo fugas. Michael Fassbender, teórico protagonista masculino de la cinta, se fue por incompatibilidades de agenda (la última entrega de ''X-Men'' mandaba); quién le seguía, Jude Law, corrió el mismo destino al estar, por lo visto, su participación condicionada a la de Lynne Ramsay. Más madera... ¿Me sigues? Porque no hemos acabado.

En una jugada magistral, los responsables de casting consiguen hacerse con los servicios de uno de estos nombres que pueden vender, ellos solitos, una película entera. Es así como se vincula a Bradley Cooper a un proyecto que definitivamente estaba decidido a no dejarse morir tan fácilmente... Desgraciadamente, lo de vivir con Mr. Cooper apenas duró un mes. La estrella se sumó a la lista de tránsfugas, y de repente, todo el mundo se puso a hablar del ''western maldito de Natalie Portman''. La nomenclatura, efectivamente, estaba bien pensada, y la mala suerte seguiría su curso a golpe de pura esquizofrenia: el intérprete que se iba a dormir siendo el villano de la función, podía despertarse siendo el héroe... y viceversa. Así hasta la traca final; la última broma cruel del destino, en forma de destrucción de Realtivity Media, empresa responsable de este auténtico desastre enciclopédico de la producción. Pues bien, a pesar de todo esto (y de algún que otro cambio de más en la asignación de roles de los actores), la película siguió viva; siguió avanzando... y a la postre, se las ingenió para estrenarse comercialmente, que visto lo visto, no es premio menor. Nunca lo es; aquí, mucho menos.

Revisar los antecedentes de Jane, más que ser un ejercicio para satisfacer nuestra curiosidad periodística, se convierte en la crónica de una casi-muerte anunciada, imprescindible para entender los resultados discretos que finalmente ofrece la película. Y es que a primera vista, y sin disponer de esta información, podría sorprender el que una cinta con semejante reparto, y comandada por un director tan ambicioso como Gavin O'Connor, se limite a cumplir con los mínimos establecidos por las necesidades, exigencias y modas más o menos pasajeras del western supuestamente moderno. Así es 'La venganza de Jane', una película que se ve con la facilidad y el agrado que proporciona su cartel promocional, pero que desgraciadamente, no va más allá, ya sea por vagancia, por falta de ideas o, como se ha dicho, por los incontables problemas registrados en las cuentas de producción. Teniendo esto último en cuenta, es de agradecer que al menos nos haya llegado un filme narrativamente comprensible, técnicamente competente y, en resumen, más que aceptable a la hora de conjugar sus principales activos. Para no andarnos demasiado por las ramas: Cada uno de los actores, con su respectivo prestigio, luce lo justo bajo ese tan característico sol justiciero del viejo y salvaje oeste. Nada nuevo debajo de éste (ni en la estética ni en la manera de presentar y desarrollar la clásica historia de venganza fronteriza); nada especialmente reseñable o memorable... Nada que moleste especialmente. Todo en orden. Ante las dificultades, solidez. Ya es algo.
reporter
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