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Voto de Toribio Tarifa:
3
Cine negro. Drama Lucky Gagin (Robert Montgomery) llega, en la víspera de una fiesta popular, a un pueblo mexicano de la frontera, con la misión de encontrar a un tal Frank Hugo (Fred Clark), de quien quiere vengarse. Un agente del FBI (Art Smith) también está tras la pista del misterioso Hugo. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El arranque de la película es modélico: vigoroso, perfectamente comprensible sin necesidad de apoyarse en el diálogo de los personajes, . La lástima, Sr. Montgomery, es que todas estas virtudes solo tienen vida unos 20 minutos, hasta que Lucky Gagin (el personaje que Vd. interpreta) consigue averiguar el número de la habitación del hotel en que se aloja Mr. Hugo, mediante otro inteligente y valioso truco. El primero había sido el escondite de la llave en la consigna de la estación. A partir de esos primeros 20 minutos todo se diluye en un magma incomprensible y carente de interés. Y lo que es peor, nos queda por delante una hora y media de aburrimiento. Me asombra que alguien como Ben Hecht y Charles Lederer hayan podido alumbrar un guión tan "malapatudo". Por si fuera poco, ronda por la película un agente del FBI interpretado por un actor que, pese a sus 48 años (comprobado el dato) da la impresión de haberse escapado de un geriátrico, y es quien en última instancia, pese a todo, resuelve el desaguisado. El asunto es oscuro y tiene que ver con la venganza que quiere llevar a cabo Lucky Gagin por el asesinato de un compañero de armas en la reciente II Guerra Mundial. Y hay una prueba, un cheque, que no se acaba de entender, al menos yo no lo entendí, por qué es una prueba condenatoria, pero todo el rato subyace al desarrollo de la historia. La presencia femenina, con una Wanda Hendrix a la que disfrazan de mexicana, y que parece ser el apoyo principal con que cuenta el protagonista masculino, podrían habérsela ahorrado, puesto que carece de importancia y no aporta nada salvo metraje. Lo único verdaderamente original es que le hayan puesto a Mr. Hugo - Fred Clark, ese secundario modélico de tantas y tantas películas - un audífono del tamaño que tenían los de la época y que nada tiene que ver con los actuales, y que desempeña su papel en el desarrollo y final de la historia.
Toribio Tarifa
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