Con un poster que te recuerda claramente a la película de 1985 "House, una casa alucinante" tenemos esta cuarta entrega de esta serie de terror que enlaza algunos momentos de las anteriores, aunque perfectamente puede verse como una película sin continuidad.

James Wan ha sabido crear unas franquicias de terror bastante exitosas con millones de seguidores, en esta ocasión la película resultante es bastante floja pero puede que no defraude a los fans por algunos buenos momentos de terror que tiene. Esta cuarta parte está ambientada en 2010 y la situamos delante de las tres anteriores, contándonos la historia de Elise que moría en el capítulo 3. Una mujer con un pasado traumático que nos irán contando en sucesivos Flashbacks.

Al igual que las otras la puesta en escena es buena con pasillos tenebrosos, sótanos lúgubres y oscuros con una fotografía azulada y lo bueno es que no abusa de sustos, aunque sí que los hay. Para ello se eligió a Adam Robitel que ya dirigió una de terror en 2014 con buenas críticas titulada "The Taking"y ha contado con un presupuesto de 10 millones de dólares.

Lin Shaye hace un buen papel como Elise Rainier, aunque se rodea de un par de graciosetes cazafantasmas que podía el guionista Leigh Whannell haberse ahorrado. En definitiva es la más mala de todas pero guarda algunos giros interesantes y momentos visuales con una atmósfera muy lograda. Además aparece nuestro entrañable Javier Botet haciendo de monstruo , y eso hay que verlo siempre.
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