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Mongolia Mongolia · Escala de Richter
Voto de Eric Packer:
4
Drama Linda Lovelace es conocida principalmente por el notorio éxito de taquilla de la película porno de 1972, 'Garganta Profunda'. Más tarde, cuando dejó el negocio del porno, la actriz se divorció de Chuck Traynor y recuperó su verdadero nombre: Linda Boreman. Además, acusó a su exmarido de haberla obligado a prostituirse y dedicarse a la pornografía, recurriendo a todo tipo de violencia e incluso al hipnotismo. (FILMAFFINITY)
20 de agosto de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lovelace es una típica e inofensiva biopic que se acerca mucho al telefilm, aunque incluya unas cuantas escenas de pechos al aire, centrada en una de las figuras más recordadas en la historia de la industria del cine pornográfico: Linda Lovelace, protagonista de Deep Throat –la película más redituable en la historia del cine porno y que se volvió un fenómeno mediático y posteriormente emblema de la década de los setentas cuando el delator del caso Watergate se hizo llamar Deep throat– la “trama” de la película iba de una mujer que no conseguía encontrar placer y al consultar con el médico éste descubre que su clítoris está en la parte posterior de su boca. Lo primero en llamar la atención de Lovelace es la elección de la protagonista, Amanda Seyfried quien no había dado una actuación tan arriesgada en su carrera desde Chloe de Atom Egoyan, puesto que en el resto de su filmografía había optado por personajes que la venían encasillando en el papel de la rubia tonta, buena y sufrida (exceptuando a Needy de Jennifer’s Body). La historia no es buena sino rutinaria y predecible: la primera parte nos muestra la pérdida de la inocencia de Linda, la seducción por parte de Chuck Traynor, un tipo que regentea un bar de prostitutas y que ve en Linda la oportunidad para hacer dinero de su cuerpo, la enemistad con sus conservadores padres por sus decisiones precipitadas y conducta rebelde y blablablabla hasta que a Linda Susan Boreman le cambian el apellido por Lovelace y filma la película que la volvió icono de la pornografía y, quizás sin proponérselo, de la liberación femenina. Pero es en la segunda parte donde se nos muestran pequeñas escenas retrospectivas que dejan en claro que este ascenso a la fama (ya se ha vuelto un cliché que el punto más alto de la fama en la pornografía siempre es que te incluyan en las listas de invitados a una fiesta de Hugh Hefner el dueño de Playboy) no fue tan sencillo ni mucho menos ansiado por Linda... Lo que se intenta hacer en Lovelace es exculpar a Linda, dejar en claro que nada de lo que hizo en esos 17 días en los que vivió en la industria del porno fue por su propia voluntad: se culpa en primer lugar a su pareja, Chuck, un hombre que abusaba de ella en todos los sentidos, luego a su madre quien le dijo que no tenía que abandonar jamás a su marido y por último a los medios que la hicieron ver ante el ojo público como un devaluado objeto sexual. La recreación de la época es buena, hay algunas escenas que hacen recordar a Boogie Nights la ópera sobre la pornografía de P.T. Anderson, pero la otra película con la que Lovelace tiene mayores paralelismos es con Star 80 de Bob Fosse, biopic de Dorothy Stratten, la malograda conejita de Playboy que pasó por el mismo calvario, del que Linda Lovelace logró escapar, en manos de un hombre posesivo y de fuerte temperamento que la obligaba a permanecer en ese mundo “inmoral” y que, cegado por los celos, le dio muerte. Creo que esa es la moralina sobre la que Lovelace quiere hacer hincapié: chicas guapas no se dejen manipular y mucho menos maltratar por un hombre, o algo así.
Eric Packer
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