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Mongolia Mongolia · Escala de Richter
Voto de Eric Packer:
7
Drama. Romance. Thriller Verano. Un lago de aguas azul turquesa en torno al cual se congrega un grupo de bañistas. Hombres que encuentran su solaz juntos en su orilla o en el bosque contiguo. Franck pasa el tiempo entre la amistad (o amor platónico) con el orondo Henri y los escarceos con Michel, adonis oscuro y peligroso. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De 1980 es Cruising, thriller nocturno dirigido por William Friedkin y protagonizado por Al Pacino: cinta polémica, denostada públicamente en su estreno por su temática gay que entonces se atrevió a exponer de manera gráfica y sin reservas (un detective encubierto se infiltra en el sórdido mundo de los bares para homosexuales de la subcultura leather-sadomasoquista neoyorquina para “cazar” a un asesino en serie cuyas víctimas son clientes asiduos de estos sitios) tanto que incluso fue reeditada -mutilada- puesto que algunas de sus escenas rayaban en el porno hardcore. En 2013 se pone en boga en el cine el tema del cruising (práctica sexual consistente en mantener relaciones sexuales en lugares públicos, generalmente de forma anónima y sin compromisos) cuando James Franco y Travis Matthews deciden recrear en un mediometraje (Interior. Leather Bar) los cuarenta minutos que fueron censurados de la vapuleada película de Friedkin y con Pit Stop de Ten Yan que se centra en la relación que mantienen un par de hombres que no son abiertamente homosexuales y tienen una cita DADT (Don’t ask, don’t tell); L’inconnu du lac es el complemento a la Cruising de Friedkin (y de manera indirecta a la Interior. Leather Bar de Franco-Matthews): el director Alain Guiraudie prefiere la contemplación, la pausa y la naturalidad (contra la urbanidad, vertiginosidad y la caricatura de Cruising): la “acción” se lleva a cabo en un lago semioculto en un monte francés al que hombres de todas complexiones, y condiciones, arriban para despojarse tanto de sus ropas como de las vidas que llevan hasta antes de estacionar y descender de sus automóviles, llegar y tenderse sobre la costa y sostener breves pero intensos encuentros furtivos entre arbustos y maleza crecida con otros hombres ignotos en la zona despoblada sólo para que al ponerse el sol regresen a su cotidianidad en la que, lo más seguro, nadie sospeche que encuentren solaz para sus pasiones bajas en el lago. La historia se focaliza en 3 personajes principales: Franck quien siente una fuerte atracción física por Michel (que posee un cuerpo sobre el que se depositan no pocas miradas lascivas) pero, al mismo tiempo, y quizás sin proponérselo Franck va creando un vínculo emocional con Henri, un hombre de edad madura y cuerpo abotagado que visita habitualmente el lago pero se mantiene alejado de la dinámica sexual -a su edad ya no ve al coito como una necesidad básica-, una figura que de cierto modo funciona como un vigilante y guía que entre sus muchos monólogos asegura que los bagres gigantes escondidos en las apacibles aguas del lago pueden atacar cuando menos se lo esperan los nadadores (sutil metáfora que nos dice que el lago provee a los hombres de lo que van a buscar pero de igual manera se puede volver en un peligro si no se tiene precaución). Estos tres ejecutantes tienen un desempeño actoral tan natural que llega a espeluznar. La historia va poco a poco abriéndose ante nosotros haciéndonos sentir constantemente como uno más de esos voyeurs que mueven las ramas de los árboles o se ponen de cuclillas y se abren campo entre la hierba alta para espiar a las parejas que cogen frenéticamente sin pudor sobre la hojarasca y preservativos usados; luego de una lucha interna de Franck entre resignarse o hacer lo imposible por conseguir su objeto de deseo -que ya está emparejado- y cuando todo parece ir en su contra ocurre el evento que cambia la jugada y a la vez todo lo coloca en su sitio, y a pesar de que se sugiere el desenlace fatal la tensión no disminuye... Hitchcock (con un toque de la Night Of The Hunter de Laughton) una vez más se hace presente en una trama en la que parece que no habría cabida para alguno de sus maquiavélicos pretextos: uno de los giros más inesperados y desconcertantes en el cine desde el que sucede en L’avventura de Antonioni. El arriesgado estilo de Guiraudie desde Ce vieux rêve qui bouge, película que tiene mucho en común con L’inconnu du lac al retratar ambas la imposibilidad para concretar los deseos así como sus repercusiones al lograr cumplirlos y la relatividad y fugacidad de la felicidad, es parco, cuasi documental y no se autocensura al momento de plasmar en pantalla las relaciones homosexuales: por esto pudiera catalogársele como director exclusivamente gay, más cercano a los arrojados Todd Verow, João Pedro Rodrigues y a Jacques Nolot que a los ya abigarrados y comerciales John Waters, Francois Ozon y Almodóvar, de hecho esta L’inconnu du lac remite directamente a La chatte a deux tetes de Nolot, film que relata con un realismo inusitado la mecánica del cruising en un cine porno o a L'homme blessé de Patrice Chereau sobre la destructiva relación entre un par de hombres que se conocieron en un baño público. Ah, por cierto, esta película ha llamado más la atención porque uno de sus carteles fue censurado por mostrar a 2 hombres besándose mientras hay varios hombres desnudos al fondo sobre la costa.
Eric Packer
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