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Mongolia Mongolia · Escala de Richter
Voto de Eric Packer:
2
Terror. Drama Una familia queda desamparada al morir su padre y líder. A partir de ese momento su viuda y sus tres hijos se enfrentan a la angustia de tener que conseguir alimento por su propia mano. El mayor de los hermanos, un adolescente desorientado, tendrá que guiar a los suyos para conservar su peculiar tradición familiar... (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quise ver esta película cuando me enteré que era tan buena que se mereció que el cine gringo le hiciera su propia versión: We are what we are. En la patética secuencia inicial Somos lo que hay nos deja en claro de lo que tratará toda la historia, la miseria humana: un tipo de aspecto indigente deambula por los pasillos de un mall y súbitamente cae, vomita una sustancia negra y muere, cuando los empleados de limpieza del lugar se percatan lo recogen cual escombro y proceden a limpiar del piso las huellas de su deceso: secuencia que pretende al mismo tiempo impactar (cosa que no logra), hacer una crítica a la deshumanización -y corrupción- de la sociedad actual y rendir homenaje al final de Los Olvidados de Buñuel, y, de hecho, esta es la aburrida rutina del guión de esta película. Las intenciones de la película no son buenas, al contrario, nos quiere aleccionar, reitera hasta el hartazgo en decir que la sociedad y el sistema mexicanos están mal sin proponer nada. Si usted buscaba una película de terror sobre el canibalismo se equivocó de película: esta es la historia de una familia que vive en la parte más cutre del DF que actúa y habla como si estuvieran representando de manera pésima (actuaciones acartonadas, anacrónicas) una obra teatral en la que abundan diálogos infantiles al grado de que nos hace pensar que quien lo haya escrito tuviera una extraña fascinación o encontrara placer al repetir la palabra puta, y el dizque elemento fuera de lo cotidiano es que los miembros de esta familia comen carne humana para cumplir con un "ritual". La madre es una histérica que está más loca que una cabra y que parece que las únicas palabras que se sabe son puta, idiota, estúpidos. Los hijos... es como si este director al hacer el casting para hallar a los tres hijos publicara este anuncio: se solicita al peor alumno de actuación de su generación, un adolescente más o menos feo y sin experiencia para que pronuncie groserías y ponga cara de malo a veces, de serio otras tantas y casi siempre de retrasado mental frente a la cámara durante mucho rato. Esta peliculita es una ridiculez aburrida que prometía demasiado y no cumple absolutamente nada por culpa de un director pretencioso que se halla anquilosado en un cine setentero mexicano de arrabal y con tintes ripstenianos (más de una vez la historia remite al Castillo de la pureza o a Principio y Fin, sin llegarle a los talones a ninguna de las 2). Somos lo que hay debería llamarse somos la basura que a un director de cine muy mediocre se le ocurrió. A pesar de incluir en su trama un exceso de temas sórdidos que moverían al morbo (incesto, homosexualidad, canibalismo, corrupción) no logra sembrar nada en el espectador. Hay notas periodísticas reales sobre actos de canibalismo el triple de veces más terroríficas que este soporífero intento de película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eric Packer
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