Nos encontramos ante una película que consigue mantener el suspense bastante bien. Uno muestra interés desde el principio para saber si realmente la acusación que sufre Jim Caviezel es verdadera o no.
Uno se adentra en un mundo legal mucho más oscuro y cerrado como es el que le corresponde a la parte militar. Esta jurisdicción tiene sus propias leyes y sus propios juicios. No se rigen por las mismas normas, y todo sigue otras pautas.
Nuevamente vemos a Ashley Judd en un film de suspense, y es un registro que lo controla bastante bien dada su trayectoria cinematográfica. Junto a ella un Morgan Freeman fantástico (como siempre) y un Jim Caviezel que realiza un trabajo bastante interesante.
La película cuenta con algunas cosas que deja un poco en el aire y no profundiza en ciertos aspectos. Esto hace que la historia no llegue a alzarse todo lo que podría.
No obstante, la historia resulta muy interesante y hace que uno siga queriendo saber el desenlace y averiguar si realmente la acusación es cierta o no.
En fin, es una película que aunque cuente con algunos momentos que flojea, hay que reconocer que engancha y hace que uno se quede pendiente ante los hechos que se suceden, intentando encajar cada una de las piezas que se exponen en el caso.