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Voto de Lucyfero:
7
Fantástico. Aventuras Sarah debe recorrer un laberinto para rescatar a su hermano pequeño, que ha sido secuestrado por unos duendes y está en manos del poderoso rey Jareth. La niña descubre inmediatamente que ha llegado a un lugar donde las cosas no son lo que parecen. Dirigida por el creador de los Teleñecos. El guionista es Terry Jones, George Lucas es el productor ejecutivo y Frank Oz el animador. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2008
85 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro del laberinto, así es como se siente el espectador que corretea detrás de la jovencísima Jennifer Connelly allende transcurre el film. A pesar de ser una película completamente fantástica, tan real ocurre parecer el laberinto que se hace, así mismo, real. Claustrofóbico, agotador, extenuante; y mágico. "Dentro del laberinto" combina de una manera cuasi subliminal un terror psicológico camuflado por lo infantil de la estética; persiguiendo durante todo el film un objetivo que parece prácticamente inalcanzable, mientras que otras veces parece juegos de niño. El centro pivotante lo marca Sarah (Jennifer Connelly), que unas veces parece más inteligente que el propio rey de los Goblins, y otras parece derrumbarse por el propio peso de su propósito.
La película es una diarquía en la cual cada protagonista brilla cuando el otro cae, en un antagonismo del que no sale claro vencedor. David Bowie es la cara de este film, pero unas veces parece en un histriónico concierto de su rock, y otras el maestro del otrora Johnny Depp (al que el papel le vendría como anillo al dedo). La Connelly gana por la propia importancia de su personaje, y por la evolución y superación de la que hace gala así transcurre la cinta, lo que no al rey de los Goblins, personaje del que no se deja constancia en ningún momento el por qué actúa como lo hace, y qué le mueve a ello.
La fantasía que gira en torno a este reparto bifacial es de lo mejor y más variopinto que jamás hizo el cine. Pertenece a un género que murió según se alzó protagonista el hacer digital, ese que ahorró quebraderos de cabeza e ingenio y sumó la fría e inhumana mano del ordenador. Ese género fantástico que vivió sus años de gloria durante los 80, en una sucesión de películas que parecen cortadas por un patrón único e irrepetible: Cristal Oscuro (1982), La Historia Interminable (1984), Dentro del Laberinto (1986), Willow (1988), Bitelchús (1988). Tim Burton a duras penas siguió el testigo, y repitió guión y modos mientras su cine se transformaba en la loca factoría de los 90.
El cine de antes murió con el final de la década reina del Pop-Rock (esa de la que David Bowie era uno de sus mitos), cuando el ingenio y no el dinero valían para hacer una película maravillosa; cuando una película se hacía por arte y no por los beneficios. Además de ello, hoy estas películas han desaparecido; pues no tienen cabida en la parrilla actual. Para el público infantil queda la animación, que con la llegada del citado ordenador puedo hacerla hasta yo; y para el público adolescente quedan las American Pie's y las películas terminadas en Movie (Scary, Date, Epic, Disaster, etc.).
"Dentro del Laberinto" es una prueba más de que el cine de antes es mucho mejor; sin espectaculares efectos especiales; sólo con teleñecos y mucha maña; sin la mercadotecnia del consumismo y sin el vil dinero de por medio; motor de la industria.
Por ello, el cine de calidad se quedó como Jennifer Connelly... dentro del laberinto.
Lucyfero
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