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Voto de JuanCádiz:
2
Terror Un grupo de templarios que fueron ejecutados por cometer sacrificios humanos, regresa para vengarse. Encerrados en una catedral, un grupo de gente intentará acabar con ellos. Segunda parte de la tetralogía de terror-serie B de Amando de Ossorio, que se completa con "La noche del terror ciego" (1971), "El ataque de los muertos sin ojos" (1973), "El buque maldito" (1974) y "La noche de las gaviotas" (1975). (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2009
23 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando hay buena fe, muchas ganas de hacer cine, pero en contra se cuenta con muy bajo presupuesto, aunque el resultado fuese discutible, se debería reconocer el esfuerzo y alabar aquello positivo que hubiera dentro del desaguisado. "Posesión infernal" (por su aspecto visual) y "El proyecto de la Bruja de Blair" (por el revuelo que causó) son dos claros ejemplos de que es preferible la imaginación de quien engendra, que contar con una buena pasta gansa para el cometido.
Lo que no se debe es ser benevolentes por el simple hecho de "pobrecitos, demasiado hicieron pa no tener un duro". Jamás.

No me molesta que los espectros sean descarados muñecos a la hora de arder ó de explotar. No me importa, de verdad. Pero sí me deja a cuadros el hecho, por ejemplo, de que como supongo que no se rodaron las tomas en orden cronológico, en una escena la noche sea negra pura, en la siguiente el cielo esté azulado, y en la tercera vuelva a estar negro como el carbón. Y así durante toda la película.
Aunque las distintas tonalidades en el techo del mundo no es el causante del suspenso. Sólo lo recalqué para comentar, que hay detallitos que siempre se podrían cuidar para que el resultado sea lo menos chapucero posible. Y es que encima de puta, la película pone la cama.


La cinta cuenta con un guión, que además de poco original, resulta pésimo en el perpetrado. Tiene su comienzo, nudo y desenlace. Pero no indaga en ninguno de ellos. No lo decora con buenas ideas que hermoseen los hechos. Todo ello conlleva a que se podría seguir perfectamente aunque bajaras al mínimo el volumen de la televisión sin perderte. Por lo tanto por lo simplón, al espectador se le invita al aburrimiento y sobre todo, más importante aún, a las ganas de no seguir con ella.


Como apunte personal, sin que tenga que ver con el análisis, un hecho que a mi me hizo reír:
A los templarios estos lo iban a ejecutar quemándolos en la hoguera. Como amenazaron con volver a la tierra para la venganza, los lugareños le quemaron los ojos para que así no pudieran encontrar el camino al pueblo. O sea, que se molestaron y preocuparon por quemarles los ojos antes de ser totalmente quemados...
JuanCádiz
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