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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
4
Terror La estudiante de filosofía Kathleen Conklin (Lily Taylor) es mordida por una mujer vampiro (Annabella Sciorra), lo que provoca cambios decisivos en su persona, convirtiéndose en una yonkie ávida de sangre para calmar la insaciable sed que la atenaza. Incapaz de rebelarse ante su nueva condición vital que la domina por completo, la desconcertada joven buscará comprender el auténtico alcance del fenómeno, al mismo tiempo que intervendrá ... [+]
14 de diciembre de 2011
29 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Adónde van los vampiros? Al infierno, en el cielo no los quieren. ¿A que ideología político/filosófica se adhieren los vampiros? A que el mundo evoluciona pero los no-muertos ya no pueden por su condición atemporal. ¿Cuál es su verdadera naturaleza? Pues dependerá del director de turno y sus respectivas inquietudes volcadas sobre uno de los temas fantásticos más manidos de la humanidad.

Libro trás libro, The Addiction se va construyendo peldaño a peldaño siguiendo las tesis y/o teorías filosóficas más en boga. Está hecha con una enciclopedia básica bajo el brazo. Podrán decir que es pretenciosa, y quizás algo de razón tengan. Pero a mí me ha parecido una fría y seca cátedra académica con buenos recursos formales, nada más. Los actores salvan el palabrerío con puro y duro compromiso, con sus gestos y miradas: saquen a los actores y The Addiction se puede confundir tranquilamente con una tesis doctoral basada en la fusión de ideas. Tengo mis fundamentos para decir ésto: ninguna de las ideas expresadas se impone como visión definitiva del mundo mostrado, salvo que la sociedad está perdida en sus propios vicios. Pero para demostrar eso no hace falta ninguna tesis filosófica: basta con abrir la ventana y ver a tu alrededor.

Por cierto, algo se repite con sospechosa insistencia: que el vampiro es, básicamente, un ser pecador. O sea: drogarse es pecado. Por algo The Addiction alude siempre a las drogas, y a cualquier asomo de transgresión en tanto camino equivocado. Eso no es filosofía, eso es bajada de línea pacata y conservadora.
Juan Rúas
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