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Voto de Juan Rúas:
9
7,8
74.392
8 de mayo de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así se les llama en la argentina y poseen los mismos objetivos que este par de notables actores. La diferencia radica en el como establecen sus fechorías, que lejos de ser gamberreadas desesperadas parecen más bien obras de relojería. La obra de Bielynsky nos encierra en su mundo peligroso y enmascarado, nada es lo que parece, nada tiene que ser tenido en cuenta salvo tu propio bolsillo a la hora de cruzarte de brazos frente a esta, insisto, notable película.
Uno es descarado, repugnante, amoral. El otro es angelical, un diablillo sutil, un par de ojos claros que invitan al descuido. Ellos se juntan y cada cual se funde con las manías del otro, y no hay nada más rebuscado que la vida de un ladrón. Por eso la trama se desarrolla cual espiral caótico de persecutas mentales, persecuciones concretas y hechos delictivos que lejos de servir como apología, solo apuntan a enriquecer el guión mediante atracos que parecen salidos de una partida de ajedrez. La trama va y viene, nadie es inocente, pero no se sabe quien tiene la culpa tampoco: por suerte los enredos no enredan la peli, si se entiende, puesto que poseen la duración necesaria para no caer en el tedio.
Nueve reinas es una llamada de atención para un mundo que llegó al colmo del trapicheo, al techo de su propia miseria. Que el mundo es verde y busca seguir siéndolo, nadie lo duda pero... ¿Y si establecemos límites? ¿Y si retornamos a la inocencia original de jugar frente al espejo a que somos eso tan claro, tan honesto?
Uno es descarado, repugnante, amoral. El otro es angelical, un diablillo sutil, un par de ojos claros que invitan al descuido. Ellos se juntan y cada cual se funde con las manías del otro, y no hay nada más rebuscado que la vida de un ladrón. Por eso la trama se desarrolla cual espiral caótico de persecutas mentales, persecuciones concretas y hechos delictivos que lejos de servir como apología, solo apuntan a enriquecer el guión mediante atracos que parecen salidos de una partida de ajedrez. La trama va y viene, nadie es inocente, pero no se sabe quien tiene la culpa tampoco: por suerte los enredos no enredan la peli, si se entiende, puesto que poseen la duración necesaria para no caer en el tedio.
Nueve reinas es una llamada de atención para un mundo que llegó al colmo del trapicheo, al techo de su propia miseria. Que el mundo es verde y busca seguir siéndolo, nadie lo duda pero... ¿Y si establecemos límites? ¿Y si retornamos a la inocencia original de jugar frente al espejo a que somos eso tan claro, tan honesto?