Cameron Díaz es una paradójica y deslumbrante profesora de literatura, con una actitud pasiva, que solamente cambia para conseguir sus pecuniarios propósitos: cazar a un millonario. Su papel se mueve en el abismo, es una hipérbole, una caricatura, que habitualmente queda retratada en el cine en un rol masculino. Esta vez recae en una mujer, y eso le da un punto de originalidad.
Ella es insensible, pasota, y extremadamente barriobajera. Ahí esta el punto flaco de la película, pues parece que los gags carecen de fuerza, si no incluyen locuciones o acciones obscenas. Genial el papel de Phyllis Smith como la amiga rellenita y timorata.
Supongo que queda mal afirmar, que un producto puramente comercial resulte entretenido, pero lo es a pesar de caer en la bajeza de unos diálogos que buscan impactar al espectador con requiebros groseros. Mal endémico en nuestros tiempos.
Atenuado por un final "moralista", el guión es una enérgica crítica al clasismo y prepotencia que gastan cierto tipo de mujeres, que fijan sus intereses dependiendo del reloj que esgrimen en sus muñecas los varones.