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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
7
Drama Desde hace años, el actor de teatro Frank Elgin (Bing Crosby) atraviesa una grave crisis debido al alcoholismo y a un gran sentimiento de culpa por la muerte de su único hijo. Su esposa (Grace Kelly) y su director de escena (William Holden) intentarán por todos los medios sacarlo del triste estado en que se encuentra, aunque no será nada fácil. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2010
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver “La angustia de vivir” queda claro que es una de las grandes películas sobre alcoholismo, entre las que cabe incluir “Días sin huella”, “Días de vino y rosas” y “Leaving Las Vegas”. No se centra exclusivamente en este difícil tema, sino que su campo de actuación es más extenso, entrando en liza la autoestima, el espíritu de sacrificio en el matrimonio (el papel de la mujer) o la trastienda del mundo de la actuación, genialmente recreado.

La película es una adaptación de la obra de teatro de Cliford Odets, que el propio George Seaton convirtió en guión cinematográfico.
Todo comienza cuando el director de escena, un magnífico William Holden, contraviniendo los deseos de su productor, decide seleccionar para el papel principal de una importante obra a Frank Elgin, un Bing Crosby cercano y creíble, gran cantante y actor, pero con problemas en el pasado con el alcohol. Su esposa es Grace Kelly, menos atractiva que en otras ocasiones, sin duda por el peso que su papel sostiene, en una actuación bastante convincente.

El trío es envolvente, con el fabuloso tour de force entre Grace Kelly y William Holden, a los que se une un aplicado Bing Crosby, una de las mejores voces de la historia de la música, con números musicales insertados perfectamente dentro de la historia (genial es el de la barra de un bar, a dúo con la cabaretera). El proceso de cómo se construye una obra está magníficamente descrito, desde el principio, con la elección del protagonista, las adaptaciones para facilitarle la labor o sus manías (por ejemplo, echar al sustituto de las bambalinas porque le molesta).

Bing Crosby no es William Holden, pero le da a su personaje los matices de inestabilidad, fragilidad e inseguridad que necesita. Detrás de sus problemas con el alcohol, esconde miedos interiores inexplorados.

Lo mejor de la película es cómo está recreado el mundo de la actuación y sus inseguridades (plazos, ensayos, miedo escénico, etc), que, por si fuera poco, se une a la inseguridad de un tipo que no sabe si podrá responder a la confianza depositada en él.
Oscar para el guión y para Grace Kelly.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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