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España España · Barcelona
Voto de polvidal:
6
Terror. Fantástico Versión contemporánea del clásico del cine de terror. Un grupo de adolescentes de los suburbios empiezan a ser perseguidos por Freddy Krueger, un asesino de aspecto terrible y con el rostro quemado que trata de acabar con ellos mientras duermen. Necesitan, pues, permanecer despiertos para protegerse mutuamente. Pero, si duermen, no hay escapatoria. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2010
86 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los críticos comparten un mismo ranking de fobias. En el tercer lugar de su lista negra nos encontramos con las secuelas. A mayor número de entregas, peor tiene que ser la calidad de la saga, siempre y cuando no venga un director de renombre que la revitalice (léase el caso de Batman, por ejemplo). En segunda posición se mantienen desde hace tiempo las comedias románticas. Jamás superarán las tres estrellas, a no ser que Anne Igartiburu se convierta de la noche a la mañana en colaboradora de la Fotogramas. Y en el primer puesto, a larga distancia de las demás, se encuentra el género más denostado por el sector intelectual, el que nunca logrará superar a la obra original, condenado a ser siempre un producto innecesario. Sí, hablamos del remake, de la reposición, del refrito.

¿Algún crítico albergaba esperanzas sobre la Psicosis de Gus van Sant o sobre El planeta de los simios de Burton? ¿Alguno pronostica que El equipo A será mejor que la mítica serie ochentera? Está claro que no. De la misma forma, con idéntica predisposición, todos esperaban con sus bolígrafos en alto la llegada del nuevo Freddy Krueger y, como no podía ser de otra forma, las reacciones no han sorprendido a nadie. “Filme innecesario”, “cuenta lo mismo que el título original de Wes Craven pero sin elegancia”, “No hay novedades”.

Es difícil ponerse de acuerdo en la razón de ser de un remake. ¿Debe respetar al milímetro el original o tiene que romper por completo su esencia? El camino que ha decidido seguir Pesadilla en Elm Street (el origen) no es otro que el de la actualización. Su objetivo: acercar una saga muy rentable a las nuevas generaciones. Convendría que más de uno visionara después de tantos años la película original y se daría cuenta, no sólo de que las rayas del jersey de Freddy son verdes y no negras, sino de que la cinta tiene un fatal envejecimiento.

De entrada, el prólogo de la cinta ya es toda una hazaña. Por fin una película de Freddy Krueger consigue que nos sobresaltemos, aunque sea a golpe de efectos de sonido. Se respetan algunas de las escenas memorables de la pesadilla original, como la de la cama o la de la bañera, pero adaptadas a los tiempos modernos. Además, Jackie Earle Haley, el nuevo Freddy, consigue despojar al personaje de la parodia a la que nos tenía acostumbrados Robert Englud para dotarlo de un aire más siniestro y aterrador.

La renovación, por tanto, además de necesaria, es bastante efectiva. Donde fracasa un poco el filme es en sus intenciones de precuela, aunque para producir una insensatez como la que idearon con Hannibal Lecter casi mejor no entrar en más detalles del pasado. El desarrollo de la cinta tampoco es el más satisfactorio, repleto de pesquisas aburridas en detrimento de las escenas puramente terroríficas. Pero Pesadilla en Elm Street (el origen) ni es un bochorno ni un despropósito. Los críticos deberían interiorizar que no todos los remakes tienen por qué formar parte siempre del club de una sola estrella.
polvidal
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