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Voto de Strhoeimniano:
10
Ciencia ficción. Fantástico. Terror En una pequeña ciudad de California empiezan a suceder cosas muy extrañas: el comportamiento de algunas personas cambia de tal manera que causa estupor e incluso miedo entre sus parientes y amigos. (FILMAFFINITY)
23 de septiembre de 2005
110 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ningún género reflejó mejor las tensiones sociales existentes en los años cincuenta que la ciencia ficción. Es en esta década cuando se consolidan las bases del género, que amparándose en la coartada de la ficción echaba una mirada más que metafórica a una sociedad atemorizada. Aquí está McCarthy y su vergonzosa “caza de brujas”: poderes extraños se apoderan de cuerpos y mentes de los habitantes de una pequeña población convirtiéndolos en seres pasivos y obedientes. Cómo no podía ser de otra manera, el protagonista se niega a someterse, y esa película que comienza en clave de ciencia ficción se sumerge de lleno en un género en el que Siegel brilló con luz propia: el trhiller.
La película está basada en un relato de J. Finney. D. Mainwaring será el guionista que convierta este relato en una visión sombría de una sociedad paranoica e histérica como la de aquel tiempo (Mainwaring tuvo problemas durante la época de la “caza de brujas”, fue despedido de la RKO por sus simpatías políticas).
La película es maravillosa, llena de detalles que captan el alma de una comunidad rural y encerrada. El elemento extraño está introducido con sutilidad, pero desde la cotidianidad más absoluta: la familia. La visión de la película es inquietante, pues poco a poco ese elemento extraño, “irreal” se va apoderando de todo.
Kevin McCarthy, que no era una estrella, está aquí inconmensurable, pasando de esa tranquilidad burguesa que muestra el médico que controla todas las anormalidades (aunque sean de la salud) a desembocar en una histeria angustiosa del que se sabe que tiene las de perder.
Lo único malo de la película es el prólogo y epílogo que, sin permiso de Siegel, introdujo el productor W. Wanger, ya que nos sustrae parte del suspense del film; pero de todos modos un pecado perdonable pues es una de las películas más angustiosas que uno puede ver en toda la historia del cine. Y ésta, como todas las películas de este genero que aún no reinaba en las pantallas, hecha desde un presupuesto modesto, pero con una imaginación y saber hacer portentoso.
En 1978, el guionista y director P. Kauffman haría un remake muy digno de esta película, pero que no logra empañar el brillo de la realizada por Siegel. Ahora, preparan una nueva versión para el próximo año teniendo a N. Kidman como protagonista y acortando el titulo, y mucho me temo que también la imaginación, pasando a titularse: “Invasión”.
Pero puestos a saborear, quedémonos con este gran clásico.
Strhoeimniano
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