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Voto de Strhoeimniano:
9
Drama. Thriller. Romance Omar es un joven palestino que está acostumbrado a esquivar las balas de las tropas que vigilan el muro de los territorios ocupados para visitar a Nadia, su amor secreto. Pero cuando un día es capturado tras una acción de resistencia, empieza un letal juego del gato y el ratón con la policía militar. Las sospechas y la traición hacen peligrar la relación con sus dos amigos de la infancia, Amjad y Tarek, el hermano de Nadia. Los ... [+]
16 de octubre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como no podía ser de otra forma, la obra del director palestino Hany Abu-Assad se articula en torno al sangrante y demencial conflicto palestino. “Omar” sigue la estela de obras anteriores (vease: “Paradise Now”) y nos presenta en esta ocasión una historia de amor tan grande o tan chiquita como la vida que llevan miles de personas en la zona ocupada de Cisjordania. Es este paisaje de fondo omnipresente, la que hace de esta historia de amor una propuesta singular y desgarradora.
Ya desde las primeras imágenes, sientes esa desazón que te acompañará durante toda la película. En sí, narra la historia de Omar (Adam Bakri), un joven panadero que está enamorado secretamente de Nadia (Leem Lubany), hermana de su mejor amigo, Tarek (Iyad Hoorani), un luchador por la liberación de Palestina. Este joven, como cualquier otro, tiene una serie de sueños sencillos en la búsqueda de la felicidad; pero estos se desarrollan en un país asolado por una disputa, una lucha que pesa como una enorme losa en el destino de cada persona sin que esta pueda decidir su camino, pues por encima de todos esos sueños está la libertad y dignidad del pueblo palestino. Y es “normal” que así sea, pues la cotidianidad de cada uno de los personajes no puede ser más penosa. Los hechos simples, se convierten en auténticas hazañas en este territorio ocupado; de hecho, hay momentos en los que los personajes se asemejan más a ratas acosadas y perdidas en un laberinto que a seres humanos. Así, una sencilla visita a su amada se convierte aquí en una arriesgada aventura, pues cada vez que Omar escala ese muro vergonzoso se juega literalmente la vida. Una vida que se desarrolla al albur de los invasores, sin que aparezca por ningún lado el respeto y la justicia, sino el mal hacer de ese pequeño estado genocida que es Israel. Pero como no existe acción sin reacción (es interesante observar como en el guión, firmado por el propio Abu-Assad, muestra a los personajes israelíes como motor y causa de todo lo que acontece, sin que llegue a caer en un maniqueo extremo), Omar, junto con sus amigos de toda la vida, Tarek y Amjad (Samer Bisharat) deciden añadir su grano de arena a la lucha: matan a un soldado. A partir de ahí, el destino de Omar cambia hasta sumergirse, de la mano del agente israelí Rami (Waleed Zuaiter), en una tensa espiral donde el amor, la traición, la amistad, la verdad y la mentira, tienen el mismo peso y trágicas consecuencias.
El reparto es espectacular. Adam Bakri realiza una interpretación asombrosa, llena de matices, llevada en ocasiones únicamente por la mirada, por la tensión que respira, por ese amor que no es preciso verbalizar, pues cuando está se puede sentir en las carnes de este joven actor que soporta el peso de toda la película. Lo mismo, ocurre con Samer Bisharat. Interpreta a Amjad, su amigo íntimo de la infancia que también está enamorado de Nadia. Es un personaje realmente ambiguo y que, pese a sus claroscuros, Bisharat lo interpreta desde una transparencia que hace que logres comprender todas sus discutibles decisiones. Otra maravillosa actuación es la que realiza Waleed Zuaiter interpretando al maquiavélico agente Rami, un personaje que no sabe de límites a la hora de alcanzar su objetivo. Por último, subrayar también a Leem Lubany (Nadia), esa guinda del pastel que rezuma una franqueza increíble en cualquiera de sus secuencias y una química maravillosa cuando se encuentra con Omar.
En resumen, una película poderosa, de visión turbadora y amarga, pero más necesaria que nunca para acercarse a la realidad y sinrazón del drama del pueblo palestino. ¡Viva Palestina Libre!
Strhoeimniano
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