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Voto de Wanchope:
3
4,3
11.551
Fantástico. Terror. Aventuras
A mediados del siglo XIV, el caballero Behman (Nicolas Cage), desertor de las Cruzadas, debe escoltar hasta un monasterio a una joven (Claire Foy) acusada de brujería. Los monjes aseguran que ella es la responsable de que la Peste Negra asole y destruya Europa. Behman, escéptico, comienza a pensar durante el viaje que la joven pueda ser inocente, pero el destino les conducirá a un lugar donde les esperan las fuerzas de la oscuridad. (FILMAFFINITY) [+]
4 de marzo de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No deja de tener su gracia el cómo se desarrolla la carrera de Nicolas Cage, casi más interesante que el grueso de los films en los que se deja ver, y cuyo ritmo de vida parece incentivar la falta de un criterio perceptible más allá de decirle sí a todo aquello que se le ponga por delante y le permita adoptar un nuevo corte de pelo, algo que deja tras de sí una lista de títulos verdaderamente 'friqui'. Y es que el intérprete, al que según mi novia me encanta dar cera (¡!), parece que hace tiempo que dejo de preocuparse por mantener una cierta dignidad en su carrera, y que ya sólo se dedica a esto de ponerse delante de la cámara por dos motivos: porque puede y porque le divierte. Oiga, ¿y por qué no?
Con un aspecto poco lucido a telefilme barato de serie B nos llega ahora 'En tiempo de brujas', la última de sus películas a falta de la siguiente, una cinta que sobra decir que no marcará ningún antes ni despues en la historia del cine, cosa que por otro lado se hace evidente que tampoco pretende. No obstante se le podría haber pedido mucho más a esta producción que, sin ser nada del otro mundo, podría haber llegado a ser algo más aceptable de haberse dejado llevar por la simpleza de su argumento. Pero no, el film se toma demasiado en serio a sí mismo e intenta en vano ser aquello para lo que no le alcanza casi ni de casualidad. Al menos siempre nos quedará Nicolas Cage y "que bueno que viniste" Ron Perlman, quiénes salvan los honores de una producción que, ejem, sí se merecería arder en la hoguera...
La elección como director de Dominic Senna, quién ya había trabajado previamente con Cage en '60 segundos', sorprende por cuanto no parece la opción más acertada para un proyecto de estas características, algo que resulta evidente una vez se es testigo de lo que es mostrado en pantalla. No sólo porque su última película, ‘Whiteout', fuera realmente mala... que lo era, sino porque lo que cabe encontrar en la propuesta dista mucho del estilo extremadamente esteticista del realizador, más propicio para impersonales producciones 'mainstream' de estudio donde sus carencias como realizador dentro de un modelo prefabricado puedan pasar inadvertidas. Senna intenta hacer suyo el relato apostando más por la acción plana y efectista que por recuperar el espíritu y atmósfera de las películas de espada y brujería que impregna el guión de Bragi F. Schut, más directo y sencillo que lo que esconde una puesta en escena excesivamente retorcida que no logra ocultar lo pobre de un alma de cachonda serie B, pero resuelta con seriedad e ínfulas de serie A.
Con un aspecto poco lucido a telefilme barato de serie B nos llega ahora 'En tiempo de brujas', la última de sus películas a falta de la siguiente, una cinta que sobra decir que no marcará ningún antes ni despues en la historia del cine, cosa que por otro lado se hace evidente que tampoco pretende. No obstante se le podría haber pedido mucho más a esta producción que, sin ser nada del otro mundo, podría haber llegado a ser algo más aceptable de haberse dejado llevar por la simpleza de su argumento. Pero no, el film se toma demasiado en serio a sí mismo e intenta en vano ser aquello para lo que no le alcanza casi ni de casualidad. Al menos siempre nos quedará Nicolas Cage y "que bueno que viniste" Ron Perlman, quiénes salvan los honores de una producción que, ejem, sí se merecería arder en la hoguera...
La elección como director de Dominic Senna, quién ya había trabajado previamente con Cage en '60 segundos', sorprende por cuanto no parece la opción más acertada para un proyecto de estas características, algo que resulta evidente una vez se es testigo de lo que es mostrado en pantalla. No sólo porque su última película, ‘Whiteout', fuera realmente mala... que lo era, sino porque lo que cabe encontrar en la propuesta dista mucho del estilo extremadamente esteticista del realizador, más propicio para impersonales producciones 'mainstream' de estudio donde sus carencias como realizador dentro de un modelo prefabricado puedan pasar inadvertidas. Senna intenta hacer suyo el relato apostando más por la acción plana y efectista que por recuperar el espíritu y atmósfera de las películas de espada y brujería que impregna el guión de Bragi F. Schut, más directo y sencillo que lo que esconde una puesta en escena excesivamente retorcida que no logra ocultar lo pobre de un alma de cachonda serie B, pero resuelta con seriedad e ínfulas de serie A.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Y es que esta historia predecible resultante de la suma de una serie de clichés sin atisbos de originalidad marcada por diálogos imposibles, personajes de una sola pieza y situaciones ridículas no debiera alcanzar más que para ser una simpática producción del montón, algo que sus responsables parecen negar al intentar venderla como una superproducción de acción, intenciones que palidecen ante la paupérrima calidad de buena parte de sus efectos especiales, por citar uno solo de los departamentos que no salen bien parados de una producción bastante poco inspirada... o tremendamente remodelada en función de infructuosos valores comerciales, los mismos que suelen estropear buena parte del cine comercial que arrastra tras de sí la maldición de un grupo de hombres de negro con muy poco conocimiento del medio. Así su pretensión por ahondar en un acartonado fondo dramático resulta irrisoria, de la misma manera que intentar darle más vueltas de tuerca de las debidas a una historia que podría haber hecho de su sencillez un simpático discurso narrativo reproduce el error mayúsculo que entierra cualquier expectativa de un film que se merecería, al igual que el personaje de Claire Foy, ser llevado a una abadía para ser juzgado por sus pecados.
'En tiempo de brujas' podría haber sido uno más de esa clase de films que resultan tan mediocres... como simpáticos. Nicolas Cage y Ron Perlman así parecen entenderlo, ambas estrellas de la serie B más casposa con tablas más que de sobras como para no tomarse en serio una simple película, y cuya sola presencia en pantalla ya supone de por sí una especie de salvoconducto para aguantar hasta el final de la proyección. Eso sí, es prácticamente el único salvo apuntes, unos apuntes que en forma de chuleta no dan suficiente de sí como para aprobar un examen que tampoco exigía ningún esfuerzo en particular. 'En tiempo de brujas' es una película mala, sin vuelta de hoja, y la única forma válida para sacar algo de su proyección es no tomársela para nada en serio, algo que evitará que podamos ofendernos por la cantidad de tonterías que se juntan en su ajustado metraje. Más o menos de la misma manera que Nicolas Cage se toma su carrera, algo que no parece irle mal, ni a él... ni a su pelo.
'En tiempo de brujas' podría haber sido uno más de esa clase de films que resultan tan mediocres... como simpáticos. Nicolas Cage y Ron Perlman así parecen entenderlo, ambas estrellas de la serie B más casposa con tablas más que de sobras como para no tomarse en serio una simple película, y cuya sola presencia en pantalla ya supone de por sí una especie de salvoconducto para aguantar hasta el final de la proyección. Eso sí, es prácticamente el único salvo apuntes, unos apuntes que en forma de chuleta no dan suficiente de sí como para aprobar un examen que tampoco exigía ningún esfuerzo en particular. 'En tiempo de brujas' es una película mala, sin vuelta de hoja, y la única forma válida para sacar algo de su proyección es no tomársela para nada en serio, algo que evitará que podamos ofendernos por la cantidad de tonterías que se juntan en su ajustado metraje. Más o menos de la misma manera que Nicolas Cage se toma su carrera, algo que no parece irle mal, ni a él... ni a su pelo.