Esta comedia romántica es una auténtica joya desconocida para el gran público.
Se le pueden poner todas las pegas que uno quiera, que si, como dice el libreto que acompaña la edición de Cineclub de El Corte Inglés, no hay química entre Jane Fonda y Anthony Perkins, que si el argumento es totalmente previsible, y todo lo que uno quiera.
Pero lo cierto es que la he disfrutado de principio a fin, no sólo por la belleza abrumadora de la picarona y jovencísima Jane Fonda, -yo también quiero experimentar las diferentes opiniones entre japoneses y rusos sobre los besos entre hombres y mujeres-, la cual además borda su papel, -me troncho con sus caras de estudiante embobada al ver a su amor en cualquier momento de la película-, sino que, como iba diciendo, también he disfrutado a rabiar con el personaje desarrollado por Anthony Perkins, el cual en mi opinión borda aquí bastante bien su papel de chico listo y empollón y además un as en los deportes, si bien con un sistema de juego cuando menos peculiar, -vamos un auténtico genio, como el incomprendido y al menos en apariencia desganado Benzema, que a los aficionados madridistas tan pronto nos deja sin habla con sus logros, como nos aburre hasta el enfado más desaforado con sus fallos cara a puerta-; bueno, como iba diciendo, nuestro Anthony, pese a toda su sabiduría en todo el temario de los libros, desde la química hasta la filosofía, se derrumba ante los encantos de su pareja femenina como le ocurriría a cualquier chavalín de su edad de cualquier época anterior a la presente, -pues, en mi opinión los jovenes de ahora van demasiado deprisa en todo esto del “sexo”-; a todo lo cual hay que añadir que, sin lugar a dudas, al personaje de Anthony le falta la listeza de la pícara Jane.
A lo anterior hay que sumarle, como ocurre siempre en las grandes comedias, incluidas las grandes comedias españolas de los 50 y 60, todo lo siguiente:
1.- Un reparto coral de secundarios, cuyos personajes también me han hecho reir mucho, -el profesor de química y su aliada la esposa del tozudo profesor de ética, los niños pequeños hijos de estos dos últimos, el director del instituto, el entrenador del equipo de baloncesto-.
2.- Una serie de escenas divertidas que van jalonando la naracción, -la ya citada de los besos iniciales, la explosión en el laboratorio, y, por supuesto, la maestría de la escena impagable en la que la pareja amiga de Jane Fonda no tarda en convencer a Anthony Perkins de las ventajas de vivir en una caravana en la que literalmente no caben nuestros dos protagonistas, sobre todo por ese inconmensurable método para bañarse juntos y así olvidar las riñas conyugales-.
Y 3.- La pizca de “suspense” con todo el tema del dinero que va a servir, para que …
(ver spoiler 1).
Como se deduce de todo lo anterior, por favor dejen de leer críticas, -me da pena ver que esta es la única disponible por ahora en esta bendita página de Filmaffinity-, y música maestro, vean la película.