Antes que nada debo decir que “Misión Imposible: Protocolo Fantasma” es una película totalmente recomendable, un magnífico espectáculo de acción rodado de manera vigorosa en majestuosos escenarios. Pero no es perfecta. Aunque… ¿a quién le importa? Estamos ante una película de acción que da muchísimo más de lo que promete. Posiblemente es de las pocas películas de hoy en día que ofrecen muchísimo más de lo que se intuye en el tráiler. “Misión Imposible: Protocolo Fantasma” reúne lo mejor de sus predecesoras y lo convierte en un espectáculo visual de magnificas proporciones aunque sin acabar de definir su personalidad, parece como si su director se hubiese empeñado a coger lo mejor de las anteriores películas (sobre todo de la de Brian De Palma) pero en ese camino ha olvidado algo importante: las películas también tienen alma. Desde la primera escena a la última la película es una sucesión sinfín del “cada vez más difícil” en un tour de force difícil de igualar. El laureado director de animación Brad Bird se revela como un excelente director de actores, también un excelente director de acción, pero está encorsetado en un guion que no está a la altura de sus posibilidades y sobre todo, se deja llevar por el virtuosismo obviando que las películas de acción las interpretan humanos. De nada sirve las pocas excusas por humanizar a los personajes con historias paralelas. Al final los actores acaban siendo meros maniquís de un magnifico escaparate. Eso sí, uno de los mejores escaparates que el que suscribe ha visto desde hace muchísimo en el cine de acción. Si os gustaron las anteriores entregas de “Misión Imposible” no dudéis en ir a ver está. Es fantástica, aunque tan solo es eso, una buenísima película de acción. Poco más.

Lo mejor: El sentido del ritmo. La elegancia de la propuesta. La magnífica escena de acción de Dubai (tormenta de arena incluida). La solidez de los actores.

Lo peor: Algunas lagunas en el guión. Las espectaculares escenas de acción no acaban de estar bien encajadas en algunos momentos con el resto. Le falta personalidad a la película.