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España España · Barcelona
Voto de El Criticón:
6
Fantástico. Acción Cuando Arthur Curry (Jason Momoa) descubre que es mitad humano y mitad atlante, emprenderá el viaje de su vida en esta aventura que no sólo le obligará a enfrentarse a quién es en realidad, sino también a descubrir si es digno de cumplir con su destino: ser rey, y convertirse en Aquaman. (FILMAFFINITY)
1 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Aquaman" es ese tipo de películas que definen el concepto que entendemos por “placer culpable” o, lo que es lo mismo, sentirnos culpable porque disfrutamos con algo que no tiene la calidad requerida. Hablando en términos de calidad, “Aquaman” tiene tanto de genialidad como de torpeza, tanto de contención como de exageración. Y esa es la clave del placer culpable: la desinhibición. Quien vaya a ver “Aquaman” con la mente cuadriculada, saldrá decepcionado, hastiado e incluso aburrido. Porque esta película es genial y ridícula a partes iguales. Es la suma de decenas de películas que van desde “En busca del arca perdida” a “La guerra de las galaxias” (“Aquaman” bebe mucho del universo Lucas/Spielberg) pasando por “La sirenita”, “Tintin”, “Transformers”, etc. Es la suma de muchas películas, estructurada como episodios uno tras otro a cual más delirante. Y esa es la perfecta definición de esta película: puro delirio tanto visual como argumental. Pero no todo son malas noticias porque esta piscina gigante digna de los delirios de un madman hortera y que dura 140 minutos tiene algo que la salva: es rabiosamente entretenida. ¿Qué más da que sea ridícula o exagerada? ¿Qué más da que el rejuvenecimiento digital de los actores parezca hecho por un crio de 10 años? ¿Qué más da que haya tanta información en pantalla que (igual que ocurría con “Transformers”) el espectador se pierde mas de lo que captura visualmente? ¿Qué importa que las historias de amor sean ridículas? ¿Qué importa que Patrick Wilson como villano tenga tanto carisma como un gato atropellado en una noche de tormenta? Nada importa porque cuando Jason Momoa nos mira, sonríe y comienza a repartir mamporros, todo queda solucionado. Y es que nadie puede imaginar esta película sin esa mole que actúa razonablemente bien y tiene tanto personalidad como presencia. Sin Momoa, seguramente este “Aquaman” sería otro de la misma manera que sin el delirio visual de James Wan, hubiese sido otra película.

¿Qué importa que estemos ante una de las películas de superhéroes más hortera y ridícula de todos los tiempos? Porque resulta que estamos ante la mejor película de superhéroes del universo DC y una de las más entretenidas de todos los universos conocidos. ¿Qué tiene defectos? Pues claro, yo los tengo, tú los tienes, todos somos imperfectos. Pero eso no significa que no podamos resultar atractivos para alguien.

Todo payaso tiene su circo y “Aquaman” se mueve por la pista central como pez en el agua.

¿Recomendable? Si y no. Dependiendo de lo que esperéis. Si vais con la mente en blanco a que os distraigan sin razonar demasiado, esta es vuestra película. Si buscáis la lógica, la calidad o lo homogéneo, mejor ni entrad en el cine. Esta locura no es para todos los públicos.

Al acabar la película le pregunté a una amiga que había venido al cine sobre la película, su contestación fué: desde que Aquaman dice "permiso para subir a bordo" (la primera escena en que aparece) ya no he visto nada más.

Todo queda dicho.
El Criticón
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