Clint Eastwood pretende contar la historia de superación y de paz de Nelson Mandela, y le sale una peli de Disney, de esas al estilo Patos Poderosos, con un equipo que es una mierda en un deporte y que al final gracias al esfuerzo triunfan y bla bla bla...

Y mira que el film está realizado de manera brillante (algo normal estando Eastwood detrás de las cámaras) y las interpretaciones son soberbias (algo normal estando Freeman delante de las cámaras), pero el tema del rugby se hace cansino, repetitivo e incluso aburrido, aunque se utilice como excusa para la reconciliación entre razas, excusa levemente sugerida en melosas escenas de confraternidad.

Es interesante, porque se aprende mucho de la historia de Sudáfrica, y de una manera sencilla, entretenida y prácticamente objetiva, pero como película (y más como película de Clint Eastwood) no da para mucho más, como ha demostrado la Academia excluyéndola de la lista de nominadas al Oscar.

PD: Vaya bochorno de escena a cámara lenta al final, pa mear y no echar gota.