Haz click aquí para copiar la URL
España España · Móstoles
Voto de Samizdat:
6
Drama En 1943, Nápoles acaba de ser liberada por las tropas americanas. Un mafioso local negocia un intercambio de prisioneros alemanes con el general Mark Cork (Burt Lancaster). El intermediario es un capitán italiano, Curzio Malaparte (Marcello Mastroianni). (FILMAFFINITY)
14 de julio de 2011
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La siempre polémica directora italiana Liliana Cavani («Portero de noche», 1974) opta en esta ocasión por poner en imágenes una novela autobiográfica del no menos controvertido Curzio Malaparte, «La piel» (1949), que forma con «Kaputt» (1944) un díptico sobre sus experiencias durante la Segunda Guerra Mundial. La acción transcurre entre octubre de 1943 y junio de 1944, aproximadamente: desde la llegada del ejército estadounidense a Nápoles, ciudad de la que los alemanes habían sido ya expulsados por la población civil, hasta la partida de este mismo ejército hacia el Norte, para liberar Roma. Cavani sintetizó en una entrevista el argumento de su película como el encuentro entre dos mundos muy diferentes:«De un lado los americanos, ricos, bien afeitados, con divisas y zapatos relucientes […] Del otro, una ciudad en la que hacía tres años que no se comía». La película, como la novela de Malaparte, subraya la ingenuidad y la brutalidad, a veces inconsciente, de los ocupantes norteamericanos, y la degradación moral en que la miseria sumió a Nápoles, que aparece en la película como una moderna Babilonia donde tiene su asiento toda depravación imaginable.* «La piel» saca a a la luz los aspectos negativos de la invasión aliada de Italia, rehuyendo las simplificaciones morales tan frecuentes en el cine sobre la contienda mundial y mostrando las debilidades de los «buenos» en lugar de reiterar una vez más las atrocidades cometidas por los alemanes.

El personaje principal es el propio Malaparte (Marcello Mastroianni), fascista arrepentido que funge ahora de capitán del nuevo ejército italiano y de factótum del general Cork (trasunto apenas encubierto del general Clark), bonachón e ingenuo comandante del ejército aliado interpretado certeramente por el incombustible Burt Lancaster. Claudia Cardinale aparece brevemente como la princesa Consuelo Caracciolo, aristocrática y sofisticada amante del protagonista, pero el peso del reparto lo llevan los estadounidenses Ken Marshall y Alexandra King, que a mi juicio no acaban de estar a la altura.

La voluntad de desmitificar la historia oficial, huyendo de versiones más reconfortantes sobre los mismos hechos, es a mi modo de ver el principal valor de la película, heredado del libro de Malaparte. Sin embargo, y aunque el filme posee una innegable carga de verdad, la autora potencia principalmente lo escabroso, convirtiendo su obra en una inagotable exhibición de truculencias destinadas a provocar el horror o el asco del espectador. Logrado el objetivo de mostrar cómo la guerra saca lo peor del ser humano, sólo la complacencia en lo morboso explica ciertas secuencias de muy dudoso gusto.**

Aunque dista mucho de ser redonda y abusa más de la cuenta del efectismo más vacuo, la película resulta interesante. Aporta una mirada diferente y transgresora que no cabe echar al olvido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Samizdat
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow