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Voto de Samizdat:
8
6,9
714
Comedia
En una pequeña localidad del Véneto suceden tres historias. Un "donjuán" empedernido visita a un médico amigo suyo para consultarle un falso problema de impotencia; su propósito es mantenerlo ocupado para poder seducir a su mujer. Un frustrado empleado de banca, casado con una mujer déspota y agobiante, sueña con fugarse con una cajera de la que está enamorado. Sin embargo, la mujer intuye los planes de su marido y provoca un escándalo. ... [+]
14 de diciembre de 2010
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica comedia de Pietro Germi, uno de los grandes de la edad de oro del cine italiano. Sátira cruel y amarga de la hipocresía de estas sociedades provincianas en las que todos se conocen y todos dedican gran parte de su tiempo a joder a los demás.
Antes de "Señoras y señores", el genovés Germi había dirigido su gran éxito, "Divorcio a la italiana" (1964) y la también ambientada en Sicilia "Seducida y abandonada" (1964). En esta ocasión, deja el atrasado Sur de Italia para hacer del rico e industrioso Norte, en pleno "boom" económico de los años 60, el blanco de su sátira.
Crónica de la vida provinciana, que recuerda en algunos aspectos a "Los inútiles" de Fellini, la película se rodó en el Véneto, en la ciudad de Treviso, localidad natal del principal guionista del filme, Luciano Vincenzoni, quien se inspiró, se dice, en hechos ocurridos realmente en la ciudad (de hecho, el retrato que la película hace de la sociedad trevisana no gustó nada a los paisanos de Vincenzoni, quien recibió múltiples amenazas). La célebre pareja de guionistas formada por Age y Scarpelli, artífices de numerosos éxitos de la "commedia all' italiana", participaron también en la confección del guión. El reparto no cuenta con grandes estrellas, lo que no impidió que el filme fuese un gran éxito de taquilla.
El centro de la sátira de Germi es un grupo de amigos burgueses (un médico, un farmacéutico, el propietario de una zapatería y el contable en un banco propiedad de la Iglesia católica, entre otros), y sus respectivas esposas. La película narra tres historias sobre estos personajes, centradas fundamentalmente en el conflicto entre la realidad y la apariencia social, la hipocresía que es el centro de las vidas de estas supuestamente respetables parejas burguesas. La prensa, la policía y el clero no salen tampoco nada bien parados en esta radiografía de la vida de provincias.
Una película extraordinaria, a pesar de lo odiosos que se le hacen a uno los personajes. Vale la pena verla.
Antes de "Señoras y señores", el genovés Germi había dirigido su gran éxito, "Divorcio a la italiana" (1964) y la también ambientada en Sicilia "Seducida y abandonada" (1964). En esta ocasión, deja el atrasado Sur de Italia para hacer del rico e industrioso Norte, en pleno "boom" económico de los años 60, el blanco de su sátira.
Crónica de la vida provinciana, que recuerda en algunos aspectos a "Los inútiles" de Fellini, la película se rodó en el Véneto, en la ciudad de Treviso, localidad natal del principal guionista del filme, Luciano Vincenzoni, quien se inspiró, se dice, en hechos ocurridos realmente en la ciudad (de hecho, el retrato que la película hace de la sociedad trevisana no gustó nada a los paisanos de Vincenzoni, quien recibió múltiples amenazas). La célebre pareja de guionistas formada por Age y Scarpelli, artífices de numerosos éxitos de la "commedia all' italiana", participaron también en la confección del guión. El reparto no cuenta con grandes estrellas, lo que no impidió que el filme fuese un gran éxito de taquilla.
El centro de la sátira de Germi es un grupo de amigos burgueses (un médico, un farmacéutico, el propietario de una zapatería y el contable en un banco propiedad de la Iglesia católica, entre otros), y sus respectivas esposas. La película narra tres historias sobre estos personajes, centradas fundamentalmente en el conflicto entre la realidad y la apariencia social, la hipocresía que es el centro de las vidas de estas supuestamente respetables parejas burguesas. La prensa, la policía y el clero no salen tampoco nada bien parados en esta radiografía de la vida de provincias.
Una película extraordinaria, a pesar de lo odiosos que se le hacen a uno los personajes. Vale la pena verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Todas las maldades de la burguesía provinciana están presentes en la película: las infidelidades conyugales, las cartas anónimas, las bromas pesadas, a veces terriblemente crueles, de los supuestos amigos. Solo cuentan las apariencias: un marido puede aguantar ser un cornudo siempre y cuando el hecho permanezca en secreto; una esposa puede soportar las infidelidades de su marido, pero no que estas sean conocidas por los demás.
La más interesante de las tres historias de la película es sin duda, la segunda, la que narra el intento del contable Osvaldo Bisigato de liberarse de su insoportable esposa y empezar una nueva vida con su amada Milena. Bisigato y Milena son, aunque ridículos y abocados al fracaso, los únicos personajes positivos del filme. Hay cierta ternura en el modo en que Germi narra el rejuvenecimiento repentino del enamorado Bisigato, que se cambia el look y se compra un descapotable, sin darse cuenta de la que se le viene encima. Todas las fuerzas vivas de la ciudad conspiran para hacer imposible la felicidad de los enamorados; se les hubiera tolerado una relación clandestina, pero de ningún modo pueden aceptar la provocación que supone que proclamen su amor a los cuatro vientos (como en la escena en que pasean orgullosos del brazo por en medio de la plaza, ante la estupefacción del resto de los personajes). Los vanos esfuerzos del contable Bisigato por romper con una vida que detesta recuerdan un poco a los de Sam Lowry en "Brazil", de Terry Gilliam.
La más interesante de las tres historias de la película es sin duda, la segunda, la que narra el intento del contable Osvaldo Bisigato de liberarse de su insoportable esposa y empezar una nueva vida con su amada Milena. Bisigato y Milena son, aunque ridículos y abocados al fracaso, los únicos personajes positivos del filme. Hay cierta ternura en el modo en que Germi narra el rejuvenecimiento repentino del enamorado Bisigato, que se cambia el look y se compra un descapotable, sin darse cuenta de la que se le viene encima. Todas las fuerzas vivas de la ciudad conspiran para hacer imposible la felicidad de los enamorados; se les hubiera tolerado una relación clandestina, pero de ningún modo pueden aceptar la provocación que supone que proclamen su amor a los cuatro vientos (como en la escena en que pasean orgullosos del brazo por en medio de la plaza, ante la estupefacción del resto de los personajes). Los vanos esfuerzos del contable Bisigato por romper con una vida que detesta recuerdan un poco a los de Sam Lowry en "Brazil", de Terry Gilliam.