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España España · Aranda
Voto de Larrory:
9
Romance. Drama Pedro es profesor de literatura. Después de que su mujer le abandone, decide volver a Madrid y recuperar su antiguo empleo. En una de sus clases conocerá a Aurora, una refugiada de la dictadura argentina, que dará un vuelco a su vida. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Difícil decidir si tal fue la pretensión de su guionista y director, pero de hecho la película se presenta como un catálogo exhaustivo de casos de amor desde la perspectiva femenina, sutilmente expuestos al margen de las vivencias del protagonista.

Además, ejemplariza magistralmente en uno de sus episodios el carácter mimético del deseo, mostrando a modo de exemplum la necesidad de una mediación de tipo triangular para que una simple aventurilla sexual, al parecer arrumbada, reanime sus fueros y adquiera tintes de exacerbada pasión.
Así, después de haber roto con Aurora, y al parecer despreocupado por ello, Pedro llega fortuitamente a sospechar que su ex amante se ha liado con un amigo común, el autor argentino. Volcán, revienta entonces en celosa ira que le arrastra, tal el perro del hortelano, a tratar de sabotear esa relación, ya sea real o imaginaria. Para lograrlo no duda en recurrir a la vileza de traicionar la palabra dada a Aurora de guardar el secreto de la relación incestuosa que ésta mantuvo con su hermano. Por cierto que ¡incauta Aurora! ya que "necio, y muy necio es, el que descubriendo un secreto a otro, le pide encarecidamente que le calle, porque le importa la vida en que lo que le dice no se sepa".

En el primero de los tres prefacios que proyectó para su inconclusa obra Lucien Leuwen, Stendhal propone una definición que se me antoja perfecta de la novela, o por lo menos de cierta idea de la novela: Exceptuando las vivencias del héroe, una novela debe ser un espejo.
Nuestra peli es una suerte de variante cinematográfica de ese lema, ya que las andanzas del protagonista sirven de hilo de Ariadna en el laberinto de las modalidades y tonalidades de las relaciones amorosas desde un punto de vista femenino, singular Geografía de Amor por la que camina nuestro héroe.

Ha veces todo queda en mero fantaseo. Así, la irrupción de un apuesto profesor en una escuela cuyo alumnado está exclusivamente compuesto por agraciadas jovenzuelas sugiere un planteamiento porno-erótico clásico. Todo queda sin embargo en el limbo de un devaneo donde se vislumbra un monasterio poblado de enloquecidas hermanitas entregadas a Lesbos o a un lujurioso monje.
Otros tipos de relaciones aparecen de refilón. La discusión en torno a Los gozos y las sombras hace referencia por una parte a la feligresa enamorada de un sacerdote, por otra parte a la mujer arrojada que no vacila en tomar la iniciativa declarándose sin tapujos al objeto de su lascivia.
La colega del protagonista representa a la devoradora de hombres, que atrae para mejor desecharlos, que tras usar de su conquista la ningunea mediante un desenfadado telefonema, como quien se deshace de un pañuelo sucio.
La ingenua e imprudente confesión de Aurora alude directamente al incesto, e indirectamente a la prostitución, ya que careciendo de medios laborales de subsistencia, Aurora vive de "préstamos" a cambio de la entrega de su cuerpo.

La peli ilustra las situaciones matrimoniales mediante tres tipos básicos de casada.
La mujer de Bruno representa a la esposa Bovaryana insatisfecha que se entrega en cuerpo y alma al que cree ser el hombre de sus ensueños, y acaba percatándose que para él ella es tan sólo un instrumento de aliviar comezones.
Carmen Maura interpreta a la ama de casa recluida en su hogar, aislada de toda vida social, gallina clueca empollando sin tregua, esclava de su gallito casero y de los quehaceres domésticos.
Elena representa a la adúltera, la zorra, la perra salida. Su matrimonio ejemplifica un dicho francés según el cual en una pareja el uno sufre y el otro se aburre. Adivinamos que la señora estaba hasta las narices de su respetuoso Amadís de marido, y que se largó con un Galaor que la soba zarandeándola sin miramientos. Y es que "es de mujeres como la tal desestimar a quien las regala, y idolatrar a quien les quita lo que tienen y les da muchas bofetadas", y muy de ciertos hombres "perder el juicio y gastar la hacienda por quien no lo agradece ni sabe guardar fe ni lealtad".

La personalidad de Pedro es más bien escurridiza, lógico si consideramos que desempeña un papel de catalizador de casos de amor. Asume por ende entre otras las figuras del cornudo, del amante ocasional, del seductor o del celoso.
A contrario, no obstante la supuesta voluntad expositiva de la peli, todos los personajes femeninos poseen una entrañable densidad humana. Méndez-Leite ha sabido dotarlos de una candente chispa vital que los aleja de cualquier estereotipada figura teórica del Deseo, contando además para ello con estupendas actuaciones por parte de todas las actrices.
Mención aparte merece el personaje de Aurora, el único que no se amolda a ningún modelo representativo del Bestiario Amoroso femenino, personaje magistralmente interpretado por Marilina Ross. Hasta ha conseguido hacerme llevadero ese acento argentino que de costumbre me resulta cargante. Conmovedora alumna de 35 años, que 2 años más tarde sigue persiguiendo unos estudios que tememos jamás logrará alcanzar. ¡Me ha dado qué pena esa viajera cabalgando su vieja Deudeuche!
Larrory
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