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Voto de aleks:
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7,9
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Serie de TV. Comedia
Primera encarnación de la serie argentina de humor bizarro "Cha Cha Cha", bajo la conducción del humorista Alfredo Casero. (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente, "under", único, irrepetible, inclasificable. Alfredo Casero es un fenómeno, en este programa se lucía y ponía todo de sí para divertir. El y sus secuaces también se divertían muchísimo haciéndolo, y eso se notaba.
De más está decir que es un actorazo y puede hacer cualquier papel que le den. No parece tener limitaciones. Y si no tiene un papel definido y una letra, solamente con un micrófono y una cámara puede generar un show en donde te hace partir de la risa con sus ocurrencias. Muy pocas personas tienen ese don. Casero aporta profesionalismo, pero también locura, y puede llevar un programa adelante con una soltura envidiable.
En su momento me grababa los mejores momentos de Cha-cha-cha en VHS que aún conservo. Fueron graciocísimos, ridículos, creativos, caraduras, se permitieron soltarse y desacartonar la tele, sin complejos. Jamás se la creyeron, y desde esa humildad se convirtieron, como todas las cosas buenas, en un programa de culto. Verlos era un ritual para todos nosotros.
Nunca transaron con los medios ni bastardearon su propuesta original, conservaron su inocencia. Nunca fueron a "la guita". En fin, que cosas así suceden muy de vez en cuando, y cuando desaparecen dejan un vacío enorme.
Cómo él dijo alguna vez, ahí están los programas en Youtube, o en la colección particular de videos que muchos conservamos. Gracias gordo.
De más está decir que es un actorazo y puede hacer cualquier papel que le den. No parece tener limitaciones. Y si no tiene un papel definido y una letra, solamente con un micrófono y una cámara puede generar un show en donde te hace partir de la risa con sus ocurrencias. Muy pocas personas tienen ese don. Casero aporta profesionalismo, pero también locura, y puede llevar un programa adelante con una soltura envidiable.
En su momento me grababa los mejores momentos de Cha-cha-cha en VHS que aún conservo. Fueron graciocísimos, ridículos, creativos, caraduras, se permitieron soltarse y desacartonar la tele, sin complejos. Jamás se la creyeron, y desde esa humildad se convirtieron, como todas las cosas buenas, en un programa de culto. Verlos era un ritual para todos nosotros.
Nunca transaron con los medios ni bastardearon su propuesta original, conservaron su inocencia. Nunca fueron a "la guita". En fin, que cosas así suceden muy de vez en cuando, y cuando desaparecen dejan un vacío enorme.
Cómo él dijo alguna vez, ahí están los programas en Youtube, o en la colección particular de videos que muchos conservamos. Gracias gordo.