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Voto de Juan Ignacio :
7
Drama Lazzaro, un joven campesino de excepcional bondad, vive en La Inviolata, una aldea que ha permanecido alejada del mundo y es controlada por la marquesa Alfonsina de Luna. Allí, la vida de los campesinos no ha cambiado nunca; son explotados, y ellos, a su vez, abusan de la bondad de Lazzaro. Un verano, se hace amigo de Tancredi, el hijo de la Marquesa. Entre ellos surge una amistad tan preciosa que hará viajar a Lazzaro a través del ... [+]
24 de junio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales del pasado siglo la marquesa di Luna mantiene a los empleados de su finca, donde se dedican al cultivo del tabaco, mayormente, así como a labores de granja y de ganadería ovina, como aparceros, siempre con saldo deudor para ellos según las cuentas que regularmente les hace Nicola, el administrador. 57 personas viviendo miserablemente, hacinados, con promiscuidad, y con tan solo una bombilla para que no gasten mucha luz. El joven Lazzaro es uno de estos desdichados; pero con una peculiaridad: si todos están explotados él lo está doblemente, por la dueña de las tierras y por sus propios compañeros, que se aprovechan de su gran capacidad de trabajo, ingenuidad e infinita bondad. El inocente solo tiene un amigo, Tancredi, el hijo de la marquesa, sin que llegue a sospechar las verdaderas intenciones del malcriado niñato que no son otras que las de aprovecharse de él. Un día el joven Lazzaro caerá por un barranco y reaparecerá, ante el mundo, y parte de sus conocidos, en la época actual.

Alice Rohrwacher, directora y guionista de esta película, que parte, según declaraciones propias, de un hecho real del que tuvo conocimiento (en lo referente a las condiciones en que tenía un terrateniente a sus empleados), nos presenta un cuento, fábula, parábola, metáfora o alegoría, como cada cual la quiera clasificar, cuya moraleja, muy clara, pues la explica hasta el malévolo personaje de la marquesa, es que el hombre siempre pisará a otro hombre que se encuentre por debajo de él; que no hace falta ser rico para aplastar a los pobres, sino que éstos también lo hacen con quien encuentran inferior a ellos. Según ha dicho también, Rohrwacher, ha querido reflejar la gran dificultad de integración que ha supuesto para la gran cantidad de población rural el emigrar a las ciudades sin ninguna clase de preparación.

Filme con pocas ideas, pero que la directora las expresa muy nítidamente y dotándolas de una belleza casi poética y con la pretensión de un halo mágico. La principal, ya comentada, la misma que la de Hobbes, parafraseando a Plauto: "El hombre es un lobo para el hombre", lo que al espectador se le comunica constantemente, sin cinismo, sin aspavientos, pero casi con terquedad. Incluso se manifiesta que el lobo es bueno si encuentra un hombre bueno, siguiendo el texto 'San Francisco y el lobo', de Chiara Frugoni, girando todas las vicisitudes de la narración entorno a lo mismo, con la infinita bondad de Lazzaro en primer plano y la realidad de la condición humana, sea cual sea su clase social, acechando al inocente bondadoso. También entran en juego el valor de la amistad, esas lágrimas de Lazzaro por el destino de su amigo; la necedad de quien se aburre por tenerlo todo; cierta crítica a conformarse con lo escaso que se tiene y no tratar de rebelarse o encontrar una salida; la caprichosa fortuna; la desgracia de los inmigrantes y refugiados que llegan a Europa (nueva carne de esclavitud); y un fatalismo final, a mi parecer, algo exagerado y efectista.

Excelentes las interpretaciones, tanto las profesionales como las de quienes han trabajado en cine por primera vez, caso de Adriano Tardiolo en el papel del bueno de Lazzaro. Igualmente muy meritoria la fotografía de Hélène Louvart.
Juan Ignacio
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