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España España · Madrid
Voto de Molitor:
5
Drama. Romance Leonard Hatch (Martin Sheen) escapa del hospital psiquiátrico donde se encontraba recluido y mientras huye en una camioneta robada, encontrará en el camino a Doris Mae McWithers (Linda Blair) una joven campesina a quien decide secuestrar llevándola hasta una cabaña que posee a varios kilómetros fuera del pueblo. Allí, ella luchará por huir y él hará cuanto pueda para merecer su afecto, mientras que la gente del pueblo y su familia ... [+]
1 de noviembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, más bien telefilme, tiene algunos puntos de interés pero su mayor atractivo -si puede decirse así- radica en la inmensa perplejidad que genera. La historia podría haber sido buena pero el resultado final semeja a una amalgama de disparates gobernados, esta vez sí, por la locura. No cabe duda de que hay momentos logrados, aunque solo sea por la presencia de Martin Sheen, y por la clara influencia del cine norteamericano de psicópatas, especialmente de la imponente "Badlands" (con el mismo Sheen), rodada un par de años antes o "The Sadist", arquetipo y modelo de muchas cintas posteriores, rodada ya en 1963 por James Landis. También la huella literaria está presente en los textos de Coleridge "Kubla Khan" y "Christabel" recitados por el protagonista, algo que resulta tan estrambótico como la propia locura colectiva que representa toda la peli. Pero si quitásemos la música estoy seguro de que más de una escena nos sorprendería. Da la impresión de que la historia que se cuenta y la música que ayuda a contarla son irreconciliables. Toda la parte final no es más que un auténtico disparate que, a mi juicio, tendría un cariz muy distinto si se modificase la banda sonora o -casi sería preferible en este caso- se suprimiese por completo. De forma especial me refiero a esa espantosa e insoportable cancioncilla -a lo Sunsilk- que se repite hasta el delirio y que, finalmente, termina por volvernos tan locos como a Leonard. Y surge la pregunta inevitable: pero, ¿quién contrató a Luchi De Jesus? ¡Jesús!
Molitor
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