Película compleja y muy complicada, no por la trama en sí, si no por lo tan "kitsch" y lo extraña que resulta al verla.

Padre, hijo, tio y los "figurantes" pululantes alrededor de una trama de vuelta y media de un pillastre al que matán el padre que montaba trapicheos con rufianes para robarles y que se refugia en el entorno gangsteril del tio, hermano del padre y mucho más peligroso. El amor surgirá, pero será su perdición.

Trama de gangsters "de poca monta" con un Nicolas Cage en una mala actuación y que ni con un James Coburn que parece que esté a la fuerza en la película realizando su personaje riendo, ni la aparición de Charlie Sheen fomentando ya su declíve y con Michael Biehn (recordemos: el chico salvador de Sarah Connors en "Terminator" de 1984) en uno de sus papeles estelares, (luego ya vendrían las malas películas de baja producción), pueden salvar esta película fallida completamente.

3,5/10 - No recomendable. Cansina y absurda.