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Voto de seagal4ever:
7
6,8
236
Comedia
El médico que atiende a la joven hija de un ricachón es un farsante, que perjudica a su paciente aconsejándole un encierro permanente. Un abogado amigo de la familia no se fía de él, y recomienda una segunda opinión: la de un médico rural que rebosa sentido común. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2009
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la obra más recordada del mítico Harold Lloyd y, sin embargo, logra arrancarnos un buen puñado de sonrisas sin apenas esfuerzo. La película se centra en la figura del doctor Jack (Harold Lloyd), un médico rural que recibe el encargo por parte de un abogado de comprobar la salud de una joven, aparentemente sana, pero que se ve recluida en su casa por el alarmismo que el doctor Ludwig von Saulsbourg infunde en su preocupado padre.
Tercer largometraje (si consideramos una hora como largo, que técnicamente lo es) de Lloyd. Existe una trama, sí, pero es igualmente cierto que ésta no es demasiado importante para el desarrollo de la historia. Ésta más bien se fundamente en la hilvanación de una serie de gags a cada cual más divertido.
Tercer largometraje (si consideramos una hora como largo, que técnicamente lo es) de Lloyd. Existe una trama, sí, pero es igualmente cierto que ésta no es demasiado importante para el desarrollo de la historia. Ésta más bien se fundamente en la hilvanación de una serie de gags a cada cual más divertido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El primer tramo del filme se centra en la vida de doctor Jack y sus pacientes, a los que cura más que con medicamentos con sabios consejos sobre la vida que tienen su base en mantenerles ocupados y distraídos para que se olviden de sus dolencias. Destacan en esta primera parte el gag del coche y la motocicleta, o el del niño travieso que se hace el enfermo para no ir a clase.
En el segundo acto, el doctor Jack conoce a la que será su futura paciente (y en la vida real su esposa) y al doctor que la tiene encerrada en su casa por su supuesta enfermedad. Nos encontramos con los dos momentos más brillantes del filme: la partida de cartas, un gag tan innecesario como genial, y el momento de la comida en el restaurante. Eric Mayne (quien interpreta al doctor Ludwig von Saulsbourg) está sensacional no sólo en esa escena, sino en toda la película. Sus gestos y aspavientos combinados con su aparente seriedad son todo un acierto.
La tercera parte se convierte en lo más disparatado del filme. Mientras el doctor Jack y el doctor von Saulsbourg se enfrentan por demostrar al padre quién de los dos tiene razón, los policías informan que un peligroso preso se ha escapado: Logan el jorobado. Valiéndose del temor creciente en los presentes, el doctor Jack se disfraza y se hace pasar por el psicópata, iniciándose una alocada persecución por toda la casa con varios momentos álgidos como la persecución del pitbull o la huída del sirviente aterrorizado por la amenazante figura del perturbado. Golpes, caídas, porrazos, sustos y ladridos se dan cita en este tercer acto, que finaliza con la marcha del doctor von Saulsbourg y con el enamoramiento entre el doctor Jack y su joven paciente.
En definitiva, se trata de una divertida comedia de uno de los genios americanos del humor. Pese a su carencia de historia, los geniales gags logran elevar sustancialmente la calidad del producto, que entretiene y divierte casi por inercia, y nos deja para el recuerdo un par de gags antológicos (no puedo dejar de recordar el de la partida de cartas: sensacional). A disfrutarla se ha dicho.
En el segundo acto, el doctor Jack conoce a la que será su futura paciente (y en la vida real su esposa) y al doctor que la tiene encerrada en su casa por su supuesta enfermedad. Nos encontramos con los dos momentos más brillantes del filme: la partida de cartas, un gag tan innecesario como genial, y el momento de la comida en el restaurante. Eric Mayne (quien interpreta al doctor Ludwig von Saulsbourg) está sensacional no sólo en esa escena, sino en toda la película. Sus gestos y aspavientos combinados con su aparente seriedad son todo un acierto.
La tercera parte se convierte en lo más disparatado del filme. Mientras el doctor Jack y el doctor von Saulsbourg se enfrentan por demostrar al padre quién de los dos tiene razón, los policías informan que un peligroso preso se ha escapado: Logan el jorobado. Valiéndose del temor creciente en los presentes, el doctor Jack se disfraza y se hace pasar por el psicópata, iniciándose una alocada persecución por toda la casa con varios momentos álgidos como la persecución del pitbull o la huída del sirviente aterrorizado por la amenazante figura del perturbado. Golpes, caídas, porrazos, sustos y ladridos se dan cita en este tercer acto, que finaliza con la marcha del doctor von Saulsbourg y con el enamoramiento entre el doctor Jack y su joven paciente.
En definitiva, se trata de una divertida comedia de uno de los genios americanos del humor. Pese a su carencia de historia, los geniales gags logran elevar sustancialmente la calidad del producto, que entretiene y divierte casi por inercia, y nos deja para el recuerdo un par de gags antológicos (no puedo dejar de recordar el de la partida de cartas: sensacional). A disfrutarla se ha dicho.