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España España · Sevilla
Voto de Musiczine:
7
Drama Una mañana Joel encuentra a Elvis, el perro de su mujer medio moribundo y sediento. Esto le obliga a salir de casa, algo que lleva evitando desde hace tiempo. Al dejarse las llaves dentro, pasará el día intentando desesperadamente volver a su casa, su refugio. (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2014
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable debut cinematográfico el del catalán Sergi Pérez. La intensidad, la obsesión y la agudeza de su planteamiento escénico nos hace afirmar que nos hallamos frente a una “opera prima” de esas que permiten atisbar la irrupción de un creador audiovisual de fuste. Realizador de vídeo-clips (para Manel y Mishima, entre otros), de spots publicitarios y estimulantes cortometrajes, Pérez pertenece al grupo de profesionales de lo audiovisual que han ido gestando su carrera al amparo de la ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya). EL CAMINO MÁS LARGO PARA VOLVER A CASA se ha financiado mediante “crowdfuding” y su rodaje, debido a esa singularidad de producción, se tuvo que dividir en tres etapas durante unos dieciséis días. Lejos de perjudicarle esos parones, el realizador ha confesado que fueron aprovechados en beneficio del resultado final pues tuvo tiempo de subsanar algunos errores e incluir rectificaciones no previstas.

Desde luego, una vez visto aquel cabe referir que tales dificultades previas no se notan en absoluto. Si hubiera que destacar una sola virtud de entre las numerosas que acumula, esa, sin duda alguna, sería la densa cohesión que acumula desde el primero hasta el último de sus planos. Las características temporales que definen su entramado argumental exigían un esfuerzo por parte del realizador a la hora de trazar con aplomo tan progresivo como inquietante el devenir emplazado para con su protagonista. Seri Pérez logra estar a la altura del difícil reto planteado. La implicación acuciativa de su cámara se torna dispositivo ejemplar y necesario para la consecución de ese logro.

EL CAMINO MÁS LARGO PARA VOLVER A CASA nos presenta, en su primer plano, a un joven acostado en la cama. La apariencia denota que la noche previa ha distado mucho de ser pacífica. El polvo acumulado en la habitación hace pensar que el cuidado último de las obligaciones caseras no ha sido cumplido. De pronto, el joven comienza a pronunciar un nombre propio. Al no recibir respuesta se levanta, va hacia el baño y allí se produce un descubrimiento, en principio, bastante sorpresivo para el espectador: el protagonista halla a un perro desmayado, exhausto, sin fuerzas. Rápidamente llama por teléfono a un veterinario. Al serle comunicado que debe ser él quien lleve hasta el centro al animal, aquel sale con apremiante celeridad del hogar con el (voluminoso, pesado) animal entre sus brazos. Al cerrar la puerta, vemos cómo las llaves caen de la cerradura dentro de casa. Éste será el primero de los súbitos incidentes que deberá solventar este hombre con perro abatido entre las manos, al que volver a casa se le va a convertir en un esforzado, continuamente irresoluble calvario, que, poco a poco, dramáticamente, irá desvelando otro de orden muy superior.

Así pues, nos hallamos frente a un film rabiosamente moderno, de marchamo claramente “indie”, que cuaja una estimable personalidad sin detenerse a cumplir con el protocolo de esta clase de ejercicios, y en el que deviene mucho más importante la siembra de incertidumbres, enigmas y claroscuros que la narración de unos hechos linealmente encadenados. De este modo, la gradación y el tino en lo referente al suministro de ciertos datos se convierte en el principal objetivo tanto del guión escrito como de la puesta en escena pergeñada para solventarlo.

El seguimiento al protagonista (un impresionante, perfecto Borja Espinosa), en ese sentido, es tan adhesivo como intrigante. Sus reacciones ante los hechos sobrevenidos van a ir revelando sugestivas y trágicas informaciones acerca de su pasado más rabiosamente inmediato. El realizador asfixia con eficacia el retrato sorpresivo e incompleto a consciencia (el espectador deberá hacer sus propias suposiciones) de ese personaje central: un hombre que debe hacer frente al día más triste de su vida, que no tiene fuerzas para enfrentarlo, que tratará de evitar su deber y que, por ello, irá sumiendo sus segundos en un caótico precipicio emocional. En definitiva, un estimabilísimo debut de un director que, ya, hemos de tener muy en cuenta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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