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Voto de Sines Crúpulos:
1
Acción. Fantástico. Aventuras. Terror Año 1723, Rumanía. BloodRayne (Kristanna Loken) es una Dhampir, mujer medio humana medio vampira que trabaja como agente de la Sociedad Brimstone, sociedad secreta que persigue y destruye las amenazas sobrenaturales. Adaptación cinematográfica del videojuego del mismo nombre. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2008
55 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bloodrayne ha sido la cinta elegida para que me desvirgue Uwe Boll. Ante tanto revuelo y clamor popular, la verdad es que me la esperaba más cutre, más gore y más absurda, así que he de decir que me ha decepcionado enormemente.

Una mulatilla, un tronchamozas y un Michael Madsen con greñas y papada entran en una taberna de un pueblo medieval. Un joven pide un chupito de absenta y el queso de bola le pincha con su cuchillo en el miocardio. No se reflejaba en el espejo, el muy vampiro. Esta es la mejor escena de la película.

A partir de ahí nos encontramos con unos feriantes al estilo Freaks, un ojo poderoso y muchísimos figurantes, en segundo plano, por todas las esquinas, pensando en su bocata.

Cada dos minutos aparece gente montando a caballo entre montañas.

De forma estelar, como malo malísimo, tenemos a Ben Kingsley. No me he empapado muy bien de cuál es su rol, la verdad. Sale sentado, como siempre. Yo creo que después de Ghandi le cortaron las piernas.

También aparece Billy Zane redactando un telegrama a su secretario y Geraldine Chaplin jugando un solitario. Los huesos de su padre se retuercen bajo tierra.

En total, que la prota llega a un monasterio, se pelea con un tío muy feo (Meat Loaf, supongo), esquiva unas cuchillas pulsando el R2 y absorbe el ojo. Entonces entran mazo de figurantes con arco y capucha y se monta un tomate importante, donde no distingo los buenos de los malos, que termina con más planos de jinetes recorriendo los mismos acantilados que usó Jimy para lanzarse al vacío con su Lambretta.

A todo esto hay que decir que la cintura recta y el culo plano de la prota encajan fatal en su cuerpo de caballo percherón.

Tras esto un tío con pelo de futbolista carga con la yegua asturcona a hombros hasta la mansión de un gordo con peluca (¿Meat Loaf, supongo?) rodeado de vampiras con el kiki afeitado. Allí se monta otro tomate que paso a x8.

El film se lo pasan intercambiando medallitas. También hay muchas velas y muchas celdas, un polvo gratuito, una pelea femenina submarina, sangre de rata y barcos pirata. Además toda la partida está en modo "music on".

Cómo mola entonces, ¿no?. Qué va: después de 70 minutos de aburrimiento continuo, la película cae en el mayor de los tedios. Pasará a los anales (los rectales, evidentemente) de la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sines Crúpulos
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